La producción de miel, una laboriosa tarea que se desarrolla en diferentes puntos de Azuay

“Se les conoce como las primeras arquitectas del mundo, tejen el panal de forma tan homogénea que es un hexágono perfecto”. Así se refiere a las abejas Javier Uday, un apicultor dedicado a la producción de miel desde hace 15 años, junto a su compañero Pablo Flores.


En distintos puntos del Azuay como Yunguilla, Tarqui, Guangarcucho, Challuabamba y La Paz, los apicultores han distribuido colmenas, de las cuales obtienen miel, polen, propóleo y cera.

Cada colonia de abejas está conformada por una reina, un promedio de unas 60.000 obreras y 200 a 1.000 zánganos.


Unas 30.000 abejas en peso son unos tres kilos y en miel nueve kilos, pero en 60.000 el peso es de seis kilos y en miel se obtiene unos 36 kilos en cada cosecha con una población saludable.


Para revisar las colmenas, los apicultores se colocan trajes especiales y aplican humo para calmarlas. “En este último tiempo hemos cosechado con más frecuencia porque el clima está más estable, en este lugar recolectamos la miel hace dos semanas y ahora nuevamente está listo”, dice Uday.

abejas cuenca
Las abejas de la colmena de Uday y Flores. Xavier Caivinagua/El Mercurio


La miel tiene como particularidad variar su color, aroma y sabor de acuerdo a la floración de la cual ha sido cosechada. La coloración va desde marrón pasando por amarillento hasta rojizo.


Flores señala que los factores determinantes para el bienestar de las abejas. Una buena producción depende de una adecuada alimentación con proteína y una reina joven y fértil, que ponga entre 2 mil a 3 mil huevos al día.


El tiempo de vida de una abeja va de 45 a 60 días y la reina puede vivir hasta cinco años. El alimento de las reinas es exclusivamente la jalea real, responsable de su tamaño, fertilidad y longevidad. La jalea real es una sustancia líquida, segregada exclusivamente por abejas obreras jóvenes.

En el mercado, este producto cuesta entre 18 y 20 dólares el gramo y se lo debe consumir máximo en cuatro horas porque después empieza el proceso de descomposición.

miel de abeja cuenca
Foto: Xavier Caivinagua/El Mercurio

Mejoras


Uday, agrónomo de profesión, carrera que cursó en Israel, resalta que desde hace tres años han experimentado nuevas formas de cosechar y han obtenido resultados positivos. “Hemos cambiado la reina por una mejorada, al principio importábamos de Argentina a un costo de 900 dólares, pero actualmente las adquirimos a Hipólito Simbaña en Cayambe”, asegura Uday.


La abeja reina es la única hembra fértil de la colonia, por lo que su función principal es garantizar la renovación de los individuos y por tanto la sobrevivencia.


“La cría de reinas es indispensable para una mejor explotación, se requiere de reinas jóvenes y genéticamente mejoradas para que las colonias sean productivas, dóciles y saludables, por eso la cría y el cambio de reinas son prácticas apícolas muy importantes”, dice Simbaña, Ingeniero Agropecuario dedicado a la crianza de abejas reina en el cantón Cayambe en la provincia de Pichincha.


Otro de los cambios que los apicultores han aplicado, es la colocación de nueve marcos en lugar de los 10 que se recomiendan, en cada caja donde las abejas producen la miel, con el objetivo de que cada marco tenga más producto.


Al momento de la cosecha evitan destruir los panales de cera a fin de que las abejas los llenen nuevamente en menos tiempo. “En teoría se dice que para generar necesitan un kilo de cera necesitan 10 a 1, es decir, 10 libras de miel para producir un kilo de cera, así que de esta forma ganamos tiempo”, expresa Flores.

Inversión


Los apicultores, que iniciaron con cuatro colmenas en Tarqui con una inversión de 1.000 dólares, actualmente administran 26 y han logrado lo que ellos consideran su récord: 86 libras de una colmena.

El producto lo comercializan de forma directa con sus clientes con costos aproximados de 12 dólares los 400 ml, aunque no hay precios fijos en el mercado.


Uday lamenta que en los últimos años se han introducido vectores transmisores de enfermedades como la varroa, un ácaro que afecta a las abejas y que presume llegó desde Perú debido a los bajos costos de las colmenas.

“A la varroa se la puede atacar con ácido oxálico, pero es un ácaro que no había en el Ecuador (…) Aquí las colmenas cuestan unos 350 dólares, en Perú están entre 60 y 80 dólares, pero vienen con enfermedades”, indica.

Javier Uday y Pablo Flores extraen la miel de sus colmenas. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Pandemia


En 2020, a raíz de la pandemia la producción de miel aumentó, debido a que bajó la contaminación e incrementó la floración.

“Antes del confinamiento por la emergencia sanitaria se cosechaba la miel una vez al mes o cada dos meses, pero en la etapa de pandemia la floración se disparó y la recolección de miel se hacía cada semana”, recuerda Flores.


También aumentó la demanda de este producto debido a los efectos positivos sobre la salud como fuente natural de antioxidantes, potencial antibacteriano, calmante de la tos y el dolor de garganta, antinflamatorio, fuente de enzimas y aminoácidos y revitalizante, entre otros.


En el país existen alrededor de 21.500 colmenas y 2.075 apicultores registrados, según la Subsecretaría de Producción Agrícola del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).


Los apicultores piden a la población tomar conciencia sobre el uso de agroquímicos porque matan a las abejas, que tienen un papel fundamental en los ecosistemas y ayudan a mantener la biodiversidad de la que todos dependemos para sobrevivir. (I)

Patricia Naula Herembás

Licenciada en Comunicación Social con experiencia en medios tradicionales y digitales. Hace coberturas y en redacción de temáticas de emprendimiento, empresarial, sociedad e interculturalidad.

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