Normalidad

Catalina Sojos

Un hombre golpea a una mujer y a una niña en El Tambo (se evita decir el nombre, lo cual invisibiliza más el caso) desde la ventana una persona filma la escena la que se hace viral en las redes sociales; sobran los comentarios y pasamos a la próxima escena. Un niño cuencano camina en la frontera entre México y Estados Unidos, alguien lo filma y se hace viral en las redes; no sabemos el paradero de ese niño ni su nombre; María Belén Bernal se suma a la lista de desaparecidos, lo único que cambia es que sucede dentro de un edificio de la policía y surge el nombre de su marido Germán Cáceres, (hoy fugado) en tanto acá en Guangarcucho, frente a la iglesia, igual desaparece María Regina Sancho Quito y engrosa la lista de aquellos que no tienen voz. Los que hacemos opinión nos encontramos con un panorama inefable, es decir, sin adjetivos. La inercia, cobardía de los que filman, el sonambulismo de las redes, el terror diario obliga a la palabra heroica, así más allá de esta realidad que nos avergüenza como sociedad. ¡Tenemos que no normalizar la violencia, amigo lector! venga de donde viniere. De nada sirve que los ciudadanos comiencen a comprar armas para defenderse, únicamente los grupos sociales, los colectivos y el barrio, son los puntos de apoyo, mientras las autoridades cuelgan el teléfono y se convierten en cómplices y encubridores. En esta guerra lo único que nos salva es la unión de la ciudadanía ¡deje de filmar y actúe! la solidaridad con el débil debe ser nuestra mejor arma. (O)