El Día Mundial de Prevención del Embarazo en Adolescentes se conmemoró ayer, en medio de altos índices que reflejan una cruda realidad sobre este tema.
Bernardo Vega, investigador de la Universidad de Cuenca, resalta que en Ecuador existen “datos que duelen” sobre el embarazo adolescente. Detalla que 41.329 adolescentes fueron madres durante el 2021, entre ellas 1.843 niñas y adolescentes de entre 10 y 14 años, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
El académico recuerda que un embarazo antes de los 14 años se presume una agresión sexual hasta demostrar lo contrario, como lo establece la Constitución.
En Azuay, la realidad es similar. Se han registrado 47 partos en niñas de 10 a 14 años y 1.357 en mujeres de entre 15 y 19. “Básicamente una de cada 10 mujeres es madre adolescente en la provincia”.
El catedrático explica que el embarazo en adolescentes es un problema de salud pública y una de las causales de la pobreza en el país: con cada hijo que una adolescente tiene, se reduce en dos años la posibilidad de continuar los estudios.
Por tal motivo, muchas veces las adolescentes terminan abandonando sus estudios, interrumpen su formación luego del colegio o sus ingresos familiares se reducen, “por eso se considera que el embarazo adolescente es la puerta de entrada a la pobreza”, dice Vega.
En cuanto al número de embarazos en adolescentes en la región andina, Ecuador se ubica en el segundo lugar, superado solamente por Venezuela.
Ejes fundamentales
El embarazo en adolescentes tuvo una caída en los años 2012-2013, “gracias a una estrategia intersectorial donde se priorizaron tres ejes fundamentales”, asegura el investigador:
1.- La información: En estudios que se realizaron en la Universidad de Cuenca, solo 4 de cada 10 adolescentes conoce sobre salud sexual y reproductiva y autocuidado.
2.- La comunicación: Los padres son los llamados a ser las principales fuentes de información, a tempranas edades. No esperar a que sean adolescentes.
3.- Acceso a los servicios de salud: Los adolescentes deben tener la posibilidad de que puedan acceder a centros de atención diferenciados.
María Isabel Cordero, directora de la organización no gubernamental Sendas, coincide con Vega sobre estos tres ejes. Explica que los jóvenes están hablando más sobre sexualidad, pero aún falta acceso a una información más completa y científica, ya que, a su criterio, sigue siendo sesgada, cargada de tabús, prejuicios, mitos y mentiras.
“Es increíble que los adolescentes sigan pensando cosas como: si tienen relaciones sexuales de pie, están menstruando o es su primera vez, no se van a embarazar”, reflexiona.
Cordero extiende una invitación para que los adolescentes despejen sus dudas en los clubes que impulsa el Ministerio de Salud Pública (MSP).
El acceso a métodos anticonceptivos es otro de los inconvenientes que giran en torno al embarazo en adolescentes, quienes tienen miedo o vergüenza de pedirlos en un centro de salud o farmacia. “La ley lo dice: No se puede limitar el acceso a la compra o distribución gratuita de estos recursos que previenen los embarazos”.
Cordero analiza que otra causa del embarazo en adolescentes es la violencia intrafamiliar. Hay casos de mujeres que, al salir de casa y quedar embarazadas, buscan escapar del círculo familiar en donde están viviendo violencia, pero eso en realidad no ocurre, pues casi siempre reciben el mismo trato de sus parejas.
La activista dice que sí existen políticas públicas, pero hace falta voluntad política. Detalla que en Ecuador se cuenta con una Ley de Educación Integral, que contiene el eje de educación sexual, pero no se tiene una malla curricular relacionada con este tema, que recién se empieza a hablar en el bachillerato.
“La educación sexual integral se debe empezar a hablar desde inicial, haciendo que los niños y niñas identifiquen las partes de su cuerpo y explicándoles que nadie lo puede tocar”, agrega.
Precaución ante la presencialidad
Francisco Idrovo, director zonal 6 de Educación Especializada, indica que se debe tener mucha precaución con el embarazo en adolescentes porque se está regresando a la presencialidad, después de permanecer confinados por la pandemia del COVID-19.
Por tal razón señala que los padres de familia “tienen que volver a ser esos actores fundamentales dentro del proceso educativo, no dejar la educación de sus hijos solamente al docente y a la escuela”.
Añade que “los chicos vuelven a tener contacto, por lo que es el momento preciso para que las instituciones educativas trabajen en campañas de información y prevención”.
Para abordar estas estrategias en los diferentes planteles se encuentra el personal profesional de los Departamentos de Consejería Estudiantil (DECE), antes conocidos como Departamento de Orientación y Bienestar Estudiantil, que realizan recorridos participativos.
“Ya no es solamente acompañamiento u orientación, sino también apoyo psicosocial, psicoemocional y seguimiento de casos de violencia, prevención, información, etc”, explica el funcionario.
Aunque existe un “déficit” de Departamentos de Consejería Estudiantil en la zona, admite Idrovo. Pero sostiene que ese problema ya es atendido por el Ministerio de Educación, pues se tiene previsto que salgan a concurso algunas partidas para llenar las vacantes.
Belén Zambrano, representante de la dirección de Desarrollo Social del Municipio, señaló que es un reto importante trabajar en el embarazo en adolescentes junto a la Red Sex (Red de Salud y Reproducción del Cantón Cuenca).
“Cada año se asigna el 2 del 10% del presupuesto para grupos de atención prioritaria, lo que se traduce en 151.000 dólares anuales”, asegura.
En el 2022, conjuntamente con Sendas y su campaña “Ponte Pilas… Cuenca sin embarazo adolescente”, se asigna 45.000 dólares específicamente para el trabajo en prevención.
“Para el GAD Municipal y la Red Sex es importante tratar esta temática porque la segunda década de vida no es para cuidar hijos sino para desarrollarnos”, expresó.
Zambrano explica que los datos de embarazo adolescente emuestran los altos índices de violencia sexual o prácticas patriarcales y culturales como “matrimonios arreglados y forzados” que aún existen, principalmente en las zonas rurales.
Trabajo interinstitucional
Andrea Bersosa, coordinadora zonal de Salud, recordó que el embarazo en adolescentes está considerado dentro de la violencia, razón por la cual se lo debe enfocar desde la prevención e información.
“Tenemos datos muy alarmantes. Solamente por citar un ejemplo. En niñas de 10 a 14 años ha subido la tasa de embarazos de 46 partos por cada 1.000 adolescentes, edad en la que no debería presentarse estos casos”, dijo.
Por tal razón hay que reforzar el trabajo interinstitucional. “A través de la OPS estamos impulsando una estrategia importante que se llama Spotlight, que hace referencia a buscar la luz”.
TikTok, una herramienta para llegar a los jóvenes
Como parte de la prevención del embarazo en adolescentes el Ministerio de Educación presentó la campaña denominada “Me informo y decido”, que implica el uso de las redes sociales, específicamente del TikTok, una red que tiene bastante aceptación en este sector.
Estudiantes, entre 15 y 19 años, elaboraron cerca de 30 videos cortos sobre la educación sexual y prevención del embarazo, los mismos que se presentarán este 28 de septiembre en la Unidad Educativa Corazón de María (Oblatas).
A más de los anfitriones participarán los planteles: Daniel Córdova, Zoila Esperanza Palacio, Octavio Cordero y Nuestra Familia, instituciones que en su accionar han demostrado que están trabajando en estos temas.
El Ministerio de Educación posteará los mejores trabajos en sus plataformas digitales. (I)
ALGUNAS CIFRAS
1
de cada 10 mujeres que mueren durante su embarazo o parto es una madre adolescente.
2
de cada 10 recién nacidos que mueren son hijos de madres adolescentes.
2.500
jóvenes han sido capacitados en procesos formativos materia de salud sexual y reproductiva.
200.000
jóvenes reciben información, a través de material educomunicacional, y 500.000 por redes sociales de Sendas.
EL DETALLE
– Red Sex con el apoyo del Municipio de Cuenca viene implementando acciones desde el 2015, tiempo en el cual se ha bajo dos puntos el índice de embarazo adolescente.