Marco Antonio Piedra Aguilera
Frase famosa de un programa cómico de allá de la década de los 80´s con la cual un super héroe de fantasía, lleno de miedos y poderes más que limitados e inteligencia modesta, salvaba de condiciones de supuesto extremo peligro a sus víctimas quienes en ocasiones con esperanza y en otras con desgano veían la aparición de este personaje.
Hoy en día, bajo las condiciones en las que vivimos, en donde reina la desconfianza en los cuerpos que deben velar por nuestra seguridad pues, con justa razón, la población entera ha desarrollado este celo ocasionado por los acontecimientos criminales en los cuales los únicos protagonistas han pertenecido a filas de uniformados, añoramos la aparición utópica de un ser que venga a salvarnos de estas tan deplorables condiciones de seguridad.
Llegar a oídos internacionales y que personas ajenas a nuestra cultura emita opiniones sobre nuestra seguridad es muy lamentable. Circular por las calles con miedo, viendo por el hombro y de reojo, cerrar las ventanas de un automóvil o evitar transitar en horas de penumbra por ciertos lugares, no puede formar parte de un diario vivir ni mucho menos de adoptarlo como habito conductual de los cuencanos.
Es hora de decir basta, basta a los abusos, a la podredumbre de ciertos sectores, a considerar a la corrupción como algo endémico, de aceptar como algo normal a la violencia y al crimen, de mirar con ojos impávidos lo que acontece a nuestro alrededor. (O)
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