En el 2020, el cineasta Francisco Álvarez rescató de la basura unos rollos en formato Super-8, cuyo contenido giraba en torno a las grabaciones realizadas por una familia acomodada.
En las imágenes que vio Álvarez se encontró con una serie de viajes que hizo la familia por Ecuador. Y en ellos, por la mirada usada para grabar, el cineasta se dio cuenta de que las filmaciones captadas eran distintas entre una y otra persona de una situación social.
A partir de allí, como la continuación de la búsqueda de la abstracción y lo experimental, Francisco decidió apropiarse de aquellas imágenes para convertirlas en otro concepto totalmente distinto a lo que la familia se había planteado.
Para ello creó “Educación perdida”, una película de 12 minutos conformada por algunas de las grabaciones que encontró Francisco.
“El título tiene que ver con deshacerse un poco con esta educación impuesta. Este título tiene también que ver cómo esta persona tiene un gusto por filmar las paradas militares. Entonces, yo suturo estas dos ideas y que de alguna manera trata de sugerir esta educación que legitima las jerarquías, pero que yo intento romper un poco en la manera en cómo monté las imágenes”, explicó Álvarez a diario El Mercurio.
Por sus características, en las que se incluye música hecha con un sintetizador modular, la película de Álvarez fue escogida para ser estrenada este 15 de octubre en la edición 24 del Festival de Cines Diferentes y Experimentales de París, cuya organización está a cargo del Colletif Jeune Cinema.
Luego de ello, la película se estrenará en Quito y Guayaquil, en el marco de los EDOC 2022. (AWM)-(I)
