La entrevista

Un recurso periodístico que permite indagar con mayor profundidad sobre un temario específico es el de la entrevista. En la comunicación gubernamental, la entrevista política, a diferencia de la rueda de prensa, permite desarrollar los proyectos planteados, organizar la agenda y priorizar los contenidos sobre los que el gobierno va a trabajar. 

No era menor la expectativa de la entrevista entre el presidente Guillermo Lasso y Carlos Vera, no solo por show mediático sino, sobre todo, por la posibilidad de encontrar la agenda política que tan desesperadamente requiere articular el gobierno.

Ante la crisis, siempre será saludable escuchar la voz presidencial. La información, cuando está bien encausada, firme y clara, ofrece certezas en medio de la incertidumbre. Sin embargo, a pesar de destinar casi 40 minutos al tema central de la preocupación nacional que es la inseguridad, los anuncios no son nuevos y las explicaciones quedaron con saldos pendientes.

Un entrevistador -sorprendentemente benévolo- intentó auscultar sobre las decisiones urgentes en materia de seguridad, sin embargo, las respuestas se concentraron en explicaciones sobre el porqué del problema que tanto preocupa a la ciudadanía sin necesariamente profundizar en el cómo solucionarlo, a pesar de que la coyuntura apremia.

La entrevista política, además de profundizar y desarrollar, intenta instalar agenda. Ese fue el objetivo gubernamental en la segunda parte de este ejercicio mediático a través del listado de inversiones y cifras de beneficiarios en salud, educación, producción y empleo.

El efecto de la información entregada no logra insertarse en la agenda pública, principalmente porque la ciudadanía, en un 80%, considera a la inseguridad, la corrupción y el narcotráfico entre los principales problemas del país.

La atención sobre la gestión social se dispersa ante la preocupación generalizada sobre las condiciones de violencia e inseguridad.

Finalmente, de nada sirven los esfuerzos estratégicos comunicacionales al entregar un listado de datos, inversiones, obras, si al final, lo que conquista la atención en la conversación digital son las imprecisiones convertidas en fragmentos que circulan las redes sociales. 

La obra pública, la reducción de los actos de inseguridad y violencia, las decisiones específicas en el control de las cárceles, el trabajo conseguido, la refrigeradora con alimentos y los niños que vuelvan del colegio con seguridad, serán los verdaderos voceros de la comunicación del gobierno.