Caroline Avila Nieto
Que son engañosas, manipulables, que no valen o no representan a la opinión real. Son algunas de las expresiones alrededor de las encuestas de opinión pública. Las experiencias recientes podrían dar la razón a las acusaciones, sin embargo, no sería justo descargar en estos instrumentos, los errores de uso e interpretación que a menudo hacemos.
Una encuesta es una fotografía del momento político que vive la sociedad observada.
Es un instrumento técnico que requiere una metodología científicamente validada.
Las más serias exponen una ficha técnica que incluya la muestra, la forma de abordar al encuestado (vía telefónica, vía internet, o presencial), el nivel de confianza y el margen de error.
A su vez, el resultado debe leerse en función a la tendencia. Es decir, se contrastan con datos anteriores, muestras similares, e idénticos instrumentos. Caso contario nos engañan.
Finalmente, en sociedades como la cuencana, el nivel de indecisión es muy alto como para atreverse siquiera a decir que hay un liderazgo en la intención de voto. Esa indecisión termina dando resultados sólo en la última semana.
Eso sucedió hace 4 años y, al parecer, el proceso actual tendrá la misma característica. Ahora sí, está listo para revisar encuestas, pero sólo las que tengan ficha técnica, historial y que sean publicadas por medios confiables. (O)
@avilanieto