La chicha de la familia Pulla volverá a saborearse en el Pase del Niño Viajero

Tanta es la fe, que Patricia Pulla, antes de ponerse a hacer la chicha, le dice al Niño que le guie, que le ayude. Solo así sabe que la bebida saldrá bien.

Patricia forma parte de los Pulla, una familia que, desde hace más de ochenta años, reparte la chicha en el Pase del Niño Viajero, que se celebra cada 24 de diciembre, en Cuenca.

Año a año, Patricia, junto con su padre, don Cesario Pulla, repartía la bebida café en botellitas entre las personas que participaban o veían el Pase del Niño.

Sin embargo, este 2022, la repartición será diferente. Hace dos meses, don Cesario, a sus 90 años, falleció.

Si bien la muerte de su padre marcó a la familia, Patricia decidió que debía continuar con una tradición que, ni la pandemia, interrumpió. En los años pandémicos, con las medidas de bioseguridad, la chicha no faltó en el Pase.

Y para este año no habrá excepciones, porque Patricia, junto con sus hijos y su esposo, escogieron seguir con el camino que don Cesario dejó instaurando. 

Bendición

Aunque la fiesta mayor es el propio Pase del Niño por las calles céntricas de Cuenca, el evento religioso inicia oficialmente unas semanas antes con la bendición de los alimentos.

En esta ocasión, para este año, la bendición ya tiene fecha. El viernes 28 de octubre, a las 17:00, en la iglesia del Carmen, la Arquidiócesis de Cuenca bendecirá a los alimentos y a las familias que los preparan.

Del acto serán partícipes la familia de Patricia Pulla. Para ello, desde ayer, empezó a hacer la chicha que repartirá entre los presentes una vez que termine la eucaristía.

Quienes beban la chicha de Patricia saborearán los distintos ingredientes que ella usa. Las hojas de naranja, el anís, la canela, el ishpingo, el clavo de olor, la pimienta de dulce, y la caña de azúcar de Yunguilla estarán presentes en los 600 litros de la bebida que repartirá. 

“Además de los ingredientes que nos da la madre naturaleza, hay dos que son los componentes fundamentales: la oración y la fe. Yo le pido al Niño que salga bien. Y la oración funciona”, dijo Patricia a diario El Mercurio.

Luego de la bendición de la chicha, para diciembre, la familia volverá a prepararla. El objetivo es hacer 10,000 litros de chicha que serán repartidos en la vivienda de don Cesario, ubicada en la Remigio Crespo.

Calendario

Por su lado, la Arquidiócesis de Cuenca continúa alistando la agenda que se cumplirá después de la bendición de los alimentos el viernes 28 de octubre.

Para esta semana, las autoridades eclesiásticas terminarán de definir a los padrinos para hacerlos públicos y pedir por ellos en la misa que se celebrará el viernes en la iglesia del Carmen.

Luego se continuará, según la tradición, con la velación del Niño por parte de las instituciones, con la misa del pregón, con las novenas y con la fiesta mayor que será el 24 de diciembre.

Se espera que la Arquidiócesis de Cuenca termine con los detalles de la organización para compartirlos con una población que espera que este año la fiesta religiosa se celebre como antaño.

Cesario Pulla vivirá por siempre en la memoria

Los que conocieron a don Cesario Pulla saben que siempre tuvo la mano tendida cuando se trataba de entregar la chicha.

La tradición ya estaba impregnada en la familia de Cesario, quien, junto con su madre, Rosa Palomeque, preparaban la bebida de jora para compartirla con los cuencanos.

A pesar del tiempo, Cesario nunca dejó de compartir la chicha luego que aprendió a hacerla. Aun con su edad, hasta el año pasado, él mismo, persona que llegaba a su casa, persona que salía cargando las botellas llenas de chicha.

“Si el próximo año la gente viene, diré que aquí estoy con mi chicha. Y cuando ya no esté, espero que mis descendientes continúen con el legado”, dijo Cesario a diario El Mercurio en diciembre de 2020.

Y fue así, porque Patricia Pulla, su hija, en el primer año de la pandemia ya hizo la chicha sola. Repitió lo mismo en el 2021. Y repetirá en este 2022, sin don Cesario, ya que falleció hace dos meses.

Aunque todavía sigue siendo un suceso difícil de olvidar, mientras los descendientes hacen la chicha, don Cesario está presente.

Mientras las familias de Cuenca continúen tomando la chicha de los Pulla, don Cesario continuará como un personaje clave del Pase del Niño Viajero. (I)

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Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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