Se argumenta que los distintos gobiernos por los que ha transitado la economía ecuatoriana, desde la década de los 80s, se han caracterizado por la expansión del gasto estatal para impulsar el crecimiento. Y esto ha sido cierto por que siempre se ha cuestionado que la inversión privada tanto interna como externa no ha sido la variable que ha predominado durante estas décadas.
Refiriéndonos particularmente a los gobiernos desde 2007, el Ecuador se pensaba que se convertiría en la Venezuela de Chávez, debido el excesivo accionar del Estado en el crecimiento. La matriz productiva intentaba incentivar a la empresa privada a invertir para complementar lo que estaba haciendo el Estado (las hidroeléctricas, las carreteras, etc.) y lo que se vio no es lo que se dijo en esos años (hasta 2016), ya que todo este gasto publico acompañado de mayor endeudamiento, no se tradujo para los ecuatorianos ni de lejos un parecido a lo que vive dicho país, más bien todo lo contrario, nos acostumbraron a consumir más con menos dinero.
¿Qué es lo que no se vio?, pues los grandes negociados detrás de esas inversiones… tan solo cuando llegara el Leninismo al gobierno, se evidenciaría los atracos al Estado. Entonces, se nos propone reducción del endeudamiento y -aunque nunca se dijera de manera explícita- una reducción del gasto, los ministros de economía de ese periodo luego de que en el correísmo se renunciara al apoyo financiero del FMI, sería su momento ideal de tener un acercamiento con este organismo, y siguiendo sus covenants reinsertarnos en los mercados financieros: tomar deuda con el FMI con “mejores condiciones” era el logro que alcanzara el gobierno, y con ello qué vemos, pues que finalmente no hemos bajado la deuda financiera neta.
Llegado el gobierno de Laso, con pandemia, paralizaciones y demás, vemos que han pasado 15 años, un plazo relativamente largo, y no hay daños serios en la economía ecuatoriana. Las empresas grandes, la que mueven el grueso de la economía, consiguen bajos costos financieros para su financiamiento, en tanto que las pymes algo mas caro, pero igual disponen del financiamiento, las personas son coqueteadas a diario por los bancos y las tarjetas para que se endeuden y gasten y con ello nos demuestra que en general no hubo daños a largo plazo con la deuda y el gasto. (O)
