Las conchas al jugo están entre los productos estrella de Fruveca, una empresa que inició su andadura en la industria de alimentos hace 55 años.
Con un galpón habilitado en una vivienda ubicada en las calles Presidente Córdova y Borrero y con un capital semilla de 2.500 sucres, José Simón Astudillo, levantó lo que hoy es una fábrica que distribuye un amplio portafolio de productos a nivel local y nacional bajo la marca Parrish.
Doctor en Química y Farmacia, Astudillo refleja un espíritu emprendedor y hoy a sus 100 años de edad continúa desempeñando su profesión en el cargo de gerente de Fruveca.
“Al inicio, por finales de los años 60, éramos cuatro personas, la sede de producción de alimentos estaba en el centro de Cuenca, hacíamos salsas, vinagres y otros productos”, recuerda don José, graduado en la entonces Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Cuenca.
Con el pasar de los años y para adaptarse a las necesidades de los compradores, Fruveca diversificó su emprendimiento y se cambió de sede.
Actualmente la fábrica está localizada en el Camino Viejo a Baños y distribuye:
- Ají.
- Sazonadores.
- Salsas de tomate, salsa inglesa, verde y de soya.
- Vinagres de manzana, de piña, sazonado y blanco .
- Conchas en su jugo natural, de las cuales se procesa 50.000 cada semana.
“Utilizamos la producción del pacífico ecuatoriano, traemos conchas de Esmeraldas, contamos con la maquinaria para el enlatado, todo bajo las normas técnicas y de salud”,
José Simón Astudillo, fundador de Fruveca.
Cada semana, Fruveca distribuye alrededor de 300 cajas de productos Parrish a locales como Coralcentro y Supermaxi y a tiendas pequeñas a nivel nacional.
En épocas de festividades como Carnaval, Navidad, Año Nuevo y fiestas provinciales la facturación incrementa en un 20 %.
Empleo
La empresa ha sorteado la dolarización, que se dio a finales de los 90 y la pandemia, que se desató en 2020 y hoy cuenta con una plantilla de 10 colaboradores, en su mayoría mujeres.
Ellas se encargan de la selección de productos para la elaboración de los alimentos, procesamiento, etiquetado y empaquetado.
Además, genera empleo indirecto con la participación de agricultores del Azuay que proveen de fruta y verduras a la compañía.
“La gente que cultiva nos entrega de forma directa el tomate, el ají o la manzana que se produce en los valles y campos», dice Astudillo.
«preferimos la agricultura azuaya que tiene una gran variedad, lo que nos permite tener un buen vinagre y unas buenas salsas»,
José Simón Astudillo.
El emprendedor ha recibido reconocimientos, preseas y medallas de los sectores productivos y gremiales de la ciudad.
A sus 100 años, día a día recorre la fábrica de Fruveca donde se desarrolla toda la cadena de producción, inspecciona las máquinas, los laboratorios y narra con lucidez las memorias de su vida y su experiencia en el campo profesional. (PNH)-(I)
