Del cóndor al colibrí: 542 aves hacen de Quito un paraíso del «birdwatching»
Desde el cóndor hasta el colibrí, son más de 500 especies de aves que se pueden observar en Quito y sus alrededores, una rica biodiversidad que hace de la capital de Ecuador uno de los destinos mundiales más atractivos para el «birdwatching» o aviturismo, dedicado al avistamiento de aves.
Por su cambiante y caprichosa geografía en la cordillera de los Andes, el área metropolitana de Quito abarca 4.183 kilómetros cuadrados y dispone de una amplia variedad de climas y ecosistemas, desde los 500 hasta los 4.500 metros de altitud sobre el nivel del mar, que son hogar de 542 tipos de aves de todos los tamaños y colores.
Prácticamente una tercera parte de las 1.670 especies de aves que habitan en Ecuador pueden verse en su capital y en sus parroquias rurales aledañas, y de ellas 64 que son endémicas de la región, repartidas por bosques andinos, bosques secos, páramos y valles, incluso dentro de la misma ciudad.
Sin salir del núcleo urbano ya es posible apreciar algunas aves migratorias como la piranga rubra, el copetón grande, el zorzal de Swainson, el picogrueso pechirosado y el merlín, en lugares como el Jardín Botánico y el Parque Metropolitano Guangüiltagua, hogar del carpintero dorsicarmesí y de diversos colibríes.
En las alturas, el rey es el cóndor, el ave más grande de los Andes, con una envergadura de hasta tres metros y 12 kilos de peso, al que se le puede apreciar en sus vuelos matutinos con los primeros rayos del sol en zonas cercanas a los volcanes Cayambe y Antisana, espacios que albergan a una reducida población de esta especie en peligro de extinción.
CHOCÓ ANDINO, LA CASA DEL GALLITO
Al noroccidente de la capital ecuatoriana, tras un trayecto de apenas 45 minutos de camino, se encuentra el Chocó Andino de Pichincha, reconocido desde julio de 2018 por la Unesco como Reserva de la Biosfera, un enclave de bosques montañosos que alberga la mayor concentración de aves de la zona.
Con una extensión de unas 286.000 hectáreas, el Chocó Andino permite apreciar algunas de las aves más valoradas para los amantes de la ornitología, como el gallito de las rocas, el zamarrito pechinegro, la coronita terciopelo, el barbudo tucán o el tucán andino piquilaminado.
Toca madrugar para encontrar el gallito de las rocas (rupicola peruviana), también conocido el gallito de la peña, pues por su estridente color rojo, que parece hacerlo una presa fácil, trata de no exhibirse mucho, cuenta EFE el guía Rolando García, de la reserva privada Las Cotingas.
«Otra ave que le gusta mucho ver los extranjeros es el manakin alitorcido (machaeropterus deliciosus)», indica García sobre esta especie con cabeza roja, cuerpo marrón y alas negras y blancas, también llamada saltarín alitorcido, que es capaz de hacer un peculiar silbido con sus alas al expandirlas.
También es muy buscado por los avituristas el colibrí emperador (heliodoxa imperatrix), considerada una especie amenazada y cuya distribución es muy reducida en Ecuador, sólo en puntos muy concretos como el Chocó Andino.
FERIA DE AVITURISMO EN 2023
Precisamente, en la parroquia rural de Mindo, ubicada dentro del mismo Chocó Andino, se celebrará en octubre de 2023 la duodécima edición de la Feria de Aves de Sudamérica, un encuentro que reunirá a cientos de entusiastas del «birdwatching».
Mindo tomará así el relevo de Cusco (Perú), que en octubre acogió la edición de este año, donde la delegación ecuatoriana presentó al país como destino turístico para la observación de aves.
De la misma forma hizo en julio pasado Quito Turismo, la empresa pública metropolitana de promoción turística de la capital de Ecuador, en la Global Birdfair, una de las ferias más importantes de turismo ornitológico a nivel internacional, celebrada en el Reino Unido con aficionados y profesionales del segmento.
También Quito se ha hecho conocido como un destino preferente del aviturismo gracias al Global Big Day, una competición mundial por países consistente en avistar el mayor número de aves en un sólo día y donde Ecuador suele ocupar los primeros puestos con una importante contribución de avistamientos en la capital. EFE