Volver a los discursos

Hace poco pude acceder al documental sobre la trayectoria política de uno de los presidentes de Estados Unidos cuya elección marcó un antes y un después en la historia de la política estadounidense, se trata de Barack Obama.  Más allá de los lineamientos ideológicos, el documental refleja una práctica política que se está perdiendo: El valor del discurso formal en la estrategia de comunicación política.

Su catapulta política fue un discurso pronunciado en la Convención Demócrata de 2004 en donde pudo engranar su historia de vida con las oportunidades que el país del norte ofrece.  Posteriormente su discurso antiguerra en Irak, en la época que menos acogida parecía que el tema podría tener, le dio un lugar en el mapa mediático por tener un contenido diferente al del consenso de ese momento.  El resto es historia, pero no deja de ser importante recordar cómo el mensaje de esos primeros momentos fue clave para configurar el posicionamiento de Obama.  

El discurso político formal puede ser el ancla de la estrategia comunicacional, lamentablemente, en el mundo del video de Instagram o Tiktok, ha perdido moda, pero no pierde fuerza cuando es bien utilizado.  Sería bueno que, en esta campaña política local, que parece comenzar a lanzarse de manera más formal, los discursos sean más recurrentes.  Que la ciudadanía pueda encontrar mensajes claros y diferenciadores, incluso si son disruptivos, porque permitirán recordar la postura de las candidaturas.  El baile, el espectáculo, la fotito y el abrazo serán efímeros en cualquier red social; el discurso, cuando está planteado como eje estratégico de comunicación, quedará en la memoria incluso más allá de los resultados de febrero. (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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