Cómo evitar la muerte por falta de saneamiento
Trabajar con las comunidades locales es la mejor manera de avanzar en el saneamiento del agua a nivel global y evitar así la muerte diaria de 800 niños menores de cinco años por diarreas asociadas al consumo insalubre, según especialistas consultados en el Día Mundial del Retrete.
La ONU celebra esta jornada todos los años desde 2013 para sensibilizar sobre los 3.600 millones de personas que, según los cálculos, no pueden acceder a un retrete seguro en el mundo y los 494 millones que continúan defecando en cualquier lugar al aire libre, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF. Esta actividad termina contaminando fuentes de agua para consumo que utilizan al menos 2.000 millones de seres humanos.
Dentro de la lista de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados para 2030, la meta número seis es “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos” y, precisando aún más, “garantizar retretes seguros para todos”.
Carlos Garriga, director de la Fundación We Are Water, reconoce que se trata de una meta “complicada de conseguir” para esa fecha.
Además de proveer “recursos e infraestructura por parte de los países más desarrollados”, la mejor manera de progresar hacia este objetivo, según Garriga, pasa por “entender los hábitos, costumbres y culturas de cada comunidad local” para poder “integrarlas bien” en el proceso de saneamiento.
En un reciente foro dedicado al sector bajo el título de ‘Haciendo visible lo invisible’, Garriga subrayó la “especial vulnerabilidad” de niñas y mujeres, siendo “el grupo más susceptible a las enfermedades transmitidas por el agua”, y quienes que “muchas veces esperan todo el día hasta que sea oscuro y nadie las vea para ir al baño”, con los riesgos de seguridad que ello implica. (EFE)-(I)