Casi toda la ciudad se paralizó mientras se vivía el debut de Ecuador en el Mundial. Nadie quería perderse esta fiesta y por eso los aficionados de La Tri lucieron sus mejores galas: el amarillo, azul y rojo. No faltaron las banderas, bubuzelas, pitos, sombreros e incluso las replicas del trofeo máximo.
Y es que los ecuatorianos tuvieron que esperar ocho años para ver a su Selección de vuelta a una cita ecuménica. Esta vez ante Qatar, en los hinchas se mezclaban grandes dosis de nerviosismo y de optimismo. Pero mantenían la fe y no dejaron de alentar, en una espera ansiosa del inicio del partido inaugural ante el combinado local.
Hasta que llegó el momento de gritar un gol. Pues Enner Valencia, a los cinco minutos anotó el tanto para el “Equipo de Todos”. Sin embargo, el juez central, el italiano Daniele Orsato, luego de la revisión en el VAR anuló la conquista de la Tricolor.
Pero la hinchada ecuatoriana no decayó e hizo fuerza, desatando la euforia en el Fan Fest Mundialista, que concentró a cientos de hinchas en el gramado del estadio Alejandro Serrano Aguilar. Allí, tras la definición de Valencia en el penal, la fiesta se encendió al ritmo de la canción “Ecuador sí se Puede”. El combinado nacional ganaba 1-0.
La afición aún tenía fuerzas para gritar otro gol. Y el Capitán del combinado nacional, nuevamente, se encargó de alegrar a todo un país, que esperaba este momento para ver a su selección ganar.
No importaba si se conocían o si eran familia, todos los hinchas se abrazaban. De esta manera se comenzaba a consolidar el triunfo para Ecuador.
Ya con más tranquilidad y con dos goles a favor, el ambiente se calmó en el escenario deportivo y en diferentes sectores, en donde se colocaron pantallas gigantes para que el hincha del equipo de Gustavo Alfaro sienta el apoyo.
Tras confirmarse el triunfo, los aficionados salieron a diferentes sectores de la ciudad para celebrar este hecho histórico del fútbol ecuatoriano. Uno de los puntos tradicionales con más concurrencia fue la avenida Remigio Crespo, en donde se juntaron cientos de personas para hacer un sola fuerza y festejar la victoria.
Personas en motos, autos y bicicletas, no importaba el medio de transporte para unirse a la caravana. Nadie quería perderse la fiesta tricolor.
Unos con más entusiasmo y otros siendo cautos, decían que con Países Bajos se consigue la clasificación.
“Aún nos queda mucho camino, pero hemos dado un paso gigante en el Mundial”, esta es la consigna de los cercanos al combinado nacional.
