Uniforme bien planchado, el rostro limpio e iluminado, los zapatos bien lustrados, el nerviosismo en el cuerpo y la emoción en el corazón, así llevo el recuerdo del desfile estudiantil. Esta tradición es quizá el momento de mayor y más cercano involucramiento entre las instituciones educativas y la sociedad. La representación cultural, el refuerzo identitario, el sentido de comunidad son algunos de los valores que se promueven en actos como este que constituyen una demostración de participación e involucramiento ciudadano. En Cuenca esa tradición se sigue reforzando gracias a la insistencia de los representantes de las organizaciones educativas privadas y públicas bajo la coordinación del Ministerio de Educación.
El desfile estudiantil que circulará este sábado por la Avenida Solano, enmarcado en las festividades novembrinas, resaltará la diversidad cultural y ecológica de cada provincia del Ecuador. Será, tanto para estudiantes como para la ciudadanía, una lección de estudios sociales y ciencias naturales combinada con la expresión artística y cultural. Las danzas, la creatividad y el esfuerzo de cada joven por entregar la mejor representación posible merece el acompañamiento y el aplauso de todos y todas.
Yo estoy segura de que con cada paso que se recorra en la Avenida Solano, ese joven o esa señorita irá grabando la experiencia que significa insertarse en la comunidad bajo el importante rol de preservar la cultura y resaltar la tradición y los valores de nuestra sociedad.
Entre guacamayas, palmeras, orquídeas, monos y tucanes, estará mi Amanda. Ella y sus amigas representarán la danza de los cabellos, una tradición shuar que resalta el rol de las mujeres en la comunidad. Tienen barra propia, agua lista y fotógrafos exclusivos en su padre y sus hermanos. Yo estaré celebrando que, a pesar de las circunstancias de este noviembre, 20 instituciones educativas, con esfuerzo, dedicación y compromiso institucional, le dicen a Cuenca “aquí estamos”, celebrando la cultura y la tradición, en comunidad. (O)