En la cumbre de la COP 27, la que acaba de terminar se dedicó una amplia jornada a los sistemas agroalimentarios los que son vulnerables ante el cambio climático, los que junto a la geopolítica y a los mercados juegan un papel importante para el alimento de todas las personas que habitan este planeta por lo que aconsejan actuar de manera rápida. El impacto del cambio climático, el aumento de la temperatura que producen graves sequías e inundaciones han transformado significativamente los patrones de lluvia y han afectado severamente a los sistemas agroalimentarios en todo el mundo.
Debido a este calentamiento global los campos del mundo están experimentando una reducción de su rendimiento de su producción, se están afectando las cosechas y la aparición de plagas y de enfermedades no conocidas hasta la fecha, por esto los países han presentado una iniciativa en la que se muestran los esfuerzos de la comunidad internacional para hacer frente al peligro de la inseguridad alimentaria. Las emergencias climáticas elevan el riesgo del hambre y la desnutrición.
El presidente de la COP 27 y el de la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura son los que promovieron la iniciativa para una transformación sostenible en la alimentación y la agricultura llamada FAST. Los objetivos de FAST tienen el propósito de transformar los sistemas alimentarios hasta el 2030 para fortalecer la seguridad alimentaria. El secretario ejecutivo de la UNFCCC Simón Stiell así como la directora general de la FAO María Lena han manifestado que es indispensable actuar rápido ante los efectos del cambio climático el que pone en peligro la seguridad alimentaria; así algunas autoridades en el mundo aplauden la iniciativa FAST y piden la ayuda económica para impulsar este proyecto indispensable para el mundo. (O)