“Un cruce de miradas” (I)

Jorge Dávila Vázquez / RINCÓN DE CULTURA

He aquí un libro, fruto del amor a la lectura y las letras, durante toda la vida de su autora; de muchos años de cátedra, sobre todo universitaria, de sesudos análisis, notas, comentarios y, en el caso de Huidobro, hasta de una tesis.

He aquí un libro que recoge las memorias de María Eugenia Moscoso Carvallo frente al inmenso entramado de la literatura a la que ella ha consagrado tantos sueños, horas, emociones.

Se inicia con un panorama de la Poesía Latinoamericana del Siglo XX, que ocupa lugar de preferencia en sus afectos y preocupaciones estéticas.

Sigue con una reflexión sobre Neruda y Alturas de Machu Picchu, en que destaca la identidad, resorte histórico fundamental y fundacional de lo americano y también la mitología, una de nuestras grandes riquezas espirituales.

Lo identitario y un rasgo esencial de la obra poética de César Dávila Andrade, el hermetismo, se examinan en su visión de Catedral Salvaje, metáfora desmesurada de nuestra América.

El mundo estético, definido por el propio escritor como lo medular de su lírica, se descifra, con hondura, cuando la autora penetra en la poética de Efraín Jara Idrovo.

Uno de los mayores poetas de América Latina, Octavio Paz, es analizado, en lo humano y lo cósmico, en energía y estatismo, cuando penetra en su obra mayor: Piedra de sol.

Hombre Planetario, magnífica creación del gran Jorge Carrera Andrade y su visión telúrica se aquilatan en el siguiente artículo del libro.

Y en el que viene luego, la ensayista busca los parentescos de Paz y Carrera Andrade, en sus geniales producciones.

A la autora le interesa establecer vínculos entre los grandes, por ello su siguiente trabajo versa sobre los universos de dos plumas excepcionales: Carrera y Neruda.

César Andrade y Cordero, estupendo poeta cuencano, poco reconocido en su verdadera estatura, se revisa en el siguiente micro ensayo del volumen.

Antonio Machado, voz lírica universal, es objeto de acercamiento a través de uno de sus temas claves: el tiempo.

Vicente Huidrovo, cuyo Altazor apasionó a la autora, hasta convertirlo en motivo de su tesis de Licenciatura, es afectuosamente aproximado para los lectores de este texto.

Poesía concreta y poesía de síntesis, dos tendencias escriturales de lo contemporáneo, motivan una reflexión intensa, profunda, de María Eugenia. ¡Seguiremos! (O)