Datan ya cuarenta y dos años de lo que el mundo perdió la genialidad de John Winston Lennon, quien, a manos de un fanático con cortes de lunático, luego de esperar la llegada del Beatle por cerca de quince horas, empuñó un arma de fuego y descargó un tiro mortífero sobre la humanidad de Lennon, quitándonos de esta manera a la humanidad entera a un hombre quien, aparte de revolucionar la sociedad desde diferentes perspectivas, se convirtió en un referente de paz y libertad.
Los preceptos de Lennon nos acompañan hasta hoy, las estaciones de radio, canales de televisión y cuanta plataforma digital entretenimiento existe, se regocija de los acordes y mensajes profundos que emanaron en algún momento del interior profundo de John. Pese a que han transcurrido cuatro décadas y varias generaciones de por medio, podemos sentir aun la potencia del Cuarteto de Liverpool quienes, siendo aún muy jóvenes, y muy probablemente sin dimensionar el verdadero impacto que iban a causar en el planeta, decidieron unirse para exponer abiertamente sus ideales libertarios de la época.
Hoy, simplemente nos queda un recuerdo sobre el cual debemos rendirle el homenaje de rigor y otorgarle el espacio bien ganado en la historia de la humanidad a quien un día, pese a los miles de obstáculos que tuvo que sortear, tuvo la osadía de perseguir su visión y anhelo de vida. Imaginemos también un mundo sin fronteras, religiones y en paz. (O)
