La Unión Europea y Chile cerraron este 9 de diciembre de 2022 un acuerdo para modernizar el marco que rige desde hace veinte años sus relaciones comerciales, un nuevo texto que el bloque ve como modelo en su estrategia para diversificar el suministro de materias primas críticas para la transición ecológica y para reducir la dependencia de China en este ámbito.
«Nuestro acuerdo comercial se firmó hace 20 años y el mundo ha cambiado mucho desde entonces. Con este acuerdo de nueva generación hemos abierto una ventana de oportunidad nueva y poderosa para nuestros ciudadanos, empresas y el planeta», enfatizó en una rueda de prensa el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.
A su lado, la ministra chilena de Asuntos Exteriores, Antonia Urrejola, destacó que el nuevo texto «comprende una serie de áreas que no se encontraban incorporadas o eran consideradas de manera más general» en la versión vigente del acuerdo, como la promoción de la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales, el desarrollo sostenible y «particularmente» la igualdad de género.
En virtud de este pacto, la UE y Chile modernizarán sus relaciones comerciales reduciendo los aranceles a las exportaciones de cada parte, con casi la totalidad de todas ellas libres de gravámenes, abriendo el acceso a los mercados de contratación pública y otorgando reciprocidad para inversores europeos y chilenos, entre otras cuestiones.
Pero uno de los elementos más importantes para el club europeo es la puerta que el acuerdo abre para diversificar el suministro de materias primas clave para avanzar en la transición ecológica, como por ejemplo el litio, del que Chile es uno de los mayores productores del mundo.
En concreto, el pacto garantiza el acceso sin discriminación al litio, el cobre y el hidrógeno chilenos a empresas europeas, algo que «realmente ayudara al bloque a diversificar sus recursos y reducir la dependencia de China», en opinión de fuentes del equipo negociador europeo, que ven el resultado final como un «modelo» para futuros acuerdos.
«Tener acceso no discriminatorio al litio de Chile es muy importante para la movilidad eléctrica y para los objetivos del Pacto Verde Europeo», destacó Dombrovskis en una entrevista concedida a varios medios de comunicación.
A juicio del ex primer ministro letón, está «claro» que avanzar hacia una economía verde «requerirá de diferentes» fuentes de suministro y el bloque debe asegurarse de que no genera «dependencias como la de los combustibles fósiles de Rusia».
«Nuestro acuerdo con Chile encaja bien en esta estrategia de diversificación», subrayó el vicepresidente económico del Ejecutivo comunitario, después de destacar el papel que otros socios globales, como Estados Unidos, Canadá o Australia, tendrán al respecto.
LARGO PROCESO DE RATIFICACIÓN
Sin embargo, antes de que el acuerdo pueda aplicarse, ambas partes tendrán que realizar un escrutinio legal de los documentos que se prolongará durante la primera mitad de 2023, por lo que la firma del acuerdo no está prevista hasta otoño del próximo año, durante la presidencia española de la UE
Una vez rubricado, se lanzará el proceso de ratificación, que en el lado europeo se realizará en dos fases. La primera únicamente exige su aprobación por parte del Parlamento Europeo y el Consejo de la UE (las dos instituciones comunitarias con poderes legislativos) y abrirá la puerta a la aplicación provisional del acuerdo renovado.
Después tendrá que ser ratificada la parte sustancial del pacto, el Acuerdo Marco Avanzado, que incluye capítulos que son competencia de los Estados miembros y por eso requiere que sea ratificada en cada parlamento nacional de la UE e incluso por algunas regiones, como es el caso de Bélgica.
En el capítulo agroalimentario, Chile gana mayores cuotas para su exportación al bloque de carne de vacuno, ovino, pollo y porcino, mientras que la UE se asegura mejoras en sus exportaciones de lácteos, así como la protección de algunas denominaciones de origen de quesos y vino en suelo chileno.
Por su parte, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, remarcó la importancia que el acuerdo UE-Chile tiene «más allá de los temas estrictamente comerciales» y la relevancia política que tiene modernizar un acuerdo con «el primer país sudamericano con el que la UE firmó un acuerdo de asociación».
En efecto, el nuevo texto profundiza la cooperación y el diálogo político en relación a aspectos como estándares laborales, desarrollo sostenible o igualdad de género, recoge artículos específicos sobre principios democráticos, derechos humanos y Estado de derecho y extiende el diálogo recogido hasta ahora para incluir la paz, la Justicia y la seguridad internacional. EFE