En los treinta y un días de diciembre se celebran más de cuarenta “días internacionales”. A lo largo del año se conmemora todo lo habido y por haber.
Por ejemplo, este mes se celebra el Día Internacional del Futuro o el del Guepardo (sobrino político del leopardo) el 7 es el Día del Algodón de azúcar, y el 12 es el Dia de la Neutralidad. El 13 se celebra el Dia del Cacao y el 14 el del Mono. El 17 es el Día para poner fin a la violencia contra las trabajadoras sexuales, pero no hay día para los emprendedores que les dan trabajo. El 19 es el día internacional del Emo. El 20, del Escepticismo. El 22 debemos celebrar mundialmente al Termómetro y el 26 a las Cajas Boxing Day.
Para los poco instruidos, las Cajas antes mencionadas pertenecen a la tradición del Reino Unido que consiste en donar ese día regalos a los pobres, que son la gran mayoría de este mundo. Obviamente ellos, no tienen día internacional.
El 27 debemos celebrar la Preparación ante las Epidemias, lo cual es un contrasentido, pues se supone que la principal forma de preparse para una epidemia es no reuniéndose a festejar nada. El 28 se celebra a los Inocentes y ese mismo día se hace una buena inocentada, pues se celebra el Día Internacional de los Días mundiales. Se cierra la lista el 30 con el Día Internacional del Cine Indio y el 31 – con broche de oro-la Noche Vieja.
Existen días internacionales para todo. Para el huevo, huevo frito, huevo con o sin yema, el huevo runa y el chufla. Curiosamente y por esas injusticias de la vida no hay un día para celebrar a los huevones, especie que tanto abunda por el mundo y está ampliamente representada por ejemplo en nuestra Asamblea. Se celebra a la leche entera, la descremada y la semidescremada y la leche de tigre, éste último tío segundo del Guepardo.
A esa lista hay que agregar los días nacionales y locales, así como los santos de cada día. El día del sancocho, de la criolla bonita o el del cangrejo azul. Del cuy y el de la cuchicara.
Leer la lista de efemérides mundiales es una buena forma de ver lo que la insensatez puede hacer. Como decía Erasmo en su “Elogio a la Locura” el mundo está gobernado por la locura, que por cierto no tiene Día. (O)