El talador hombre que cree que en el árbol habita un espíritu que merece profundo respeto. Con el fin de proteger de su colera antes de encaminarse al bosque; realiza una ceremonia de purificación y ofrece un sacrificio al espíritu del árbol. Su misión de carácter religioso, en todas las culturas se ha llevado a cabo a lo largo de milenios. Una vez talado, lo deja en el suelo varios días para que el espíritu tenga suficiente tiempo de buscarse otra morada.
Del tallador surge una máscara; no puede darle forma propia, debe ajustarse a las imágenes tradicionales de su grupo. En caso contrario, corre el riesgo de ganarse las críticas de su comunidad y la ira del poder espiritual. Así adquiere mayor poder sobrenatural, para ser utilizado en las ceremonias religiosas.
Las máscaras de madera sean naturalistas, formalistas o abstractas tienen significado religioso; representan a los muertos o a los espíritus acompañantes en las ceremonias, que trasmiten con fuerza el pavor que inspiran los muertos, así como la convicción de que la muerte no es el fin de todo. Los usos, en fiestas, ritos de fertilidad de la madre tierra y en la comunicación con los muertos. A veces se emplea en ceremonias de la cristiandad, por ejemplo “diablos” enmascarados van danzando hasta el patio de las iglesias; simplemente la máscara es un relicario del poder divino, sea una función relevante, frívola o entretenida.
La máscara representa espíritu de los antepasados, tienen un aspecto sereno, mientras los que representan espíritus no humanos suelen ser estrambóticos, la frente alta, denota sabiduría, los ojos saltones, un estado de posesión de los espíritus, con animales se relacionan con ceremonias de exorcismo, transmigración de las almas y brujería. (O)
