Reloj

Aunque a muchos gustaría decir: reloj no marques las horas o, reloj detén tu camino; no se puede. O, mejor dicho, no se mira un paso a pulso en cercanía al reloj que camina.

El tiempo se agota. La oportunidad para enterrar decididamente las prácticas autoritarias y antidemocráticas que el Ecuador debió afrontar durante los últimos años, se está dejando pasar. Sí. La medida de un gobernante sereno y con aires democráticos, parecen no funcionar en el Estado, o quizá, no mostrarse como debería para su materialización.

El Ecuador es un país diverso, pero no tanto. Su complejidad tampoco alcanza a la de Estados con poblaciones densas, ni a los que tienen en su interior profundos conflictos sociales, militares o económicos. No afronta procesos separatistas ni carencia de materia prima que permita la edificación de nuevas fórmulas y caminos para el mañana. No es un país en guerra ni conflicto territorial. Pero las acciones realizadas no alcanzan.

El reloj continúa su curso y la radicalización de procesos capaces de incluir a una dinámica cercana a la gente, que atienda en amplia medida sus demandas sociales y se muestre como un gobierno dinámico, ágil y contundente, se difuminan. Así, urge la acción a la inacción. Mostrar a ocultar. Indicar caminos a esconder problemas. Ser efectivos a esperar.

El Gobierno debe propender hacia un fortalecimiento de su acción y eficacia. Hacia desear una democracia no discursiva, sino pragmática, comprendida, aceptada y defendida por la población. ¿Cómo? Con un decisivo impacto en la conciencia social.

El tiempo se agota. Estoy convencido que no habrá segundo tiempo. (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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