En esta época de Navidad me ha llenado de tristeza y amargura el conocer la situación de miles de personas infelices que, amontonadas en la frontera entre México y Estados Unidos, tratan de ingresar a este país huyendo de la desastrosa situación en que sobreviven en sus países. El frío de la temporada invernal debe estar espantoso y esas pobres personas tienen que soportarlo. Son niños, adultos y hasta ancianos que claman por misericordia.
Entonces me viene a la mente, entre pena e indignación, el interrogante de por qué huyen de sus paraísos socialistas como Nicaragua, Cuba, Venezuela, México, Bolivia, Perú, Argentina y más desventurados países en los que hay gobiernos de este signo político que aseguran mil veces que como allí impera la justicia social, el bienestar de todos los ciudadanos y la repartición uniforme e igual de los recursos de esos países y que como allí los gobernantes no les roban absolutamente nada, todos tienen para vivir con comodidad, sin que les falte alimentación, salud, educación, etc.
La verdad es conocida por todo el mundo: esos no son paraísos de bienestar, allí los infelices habitantes sufren necesidades de todo, viven en la pobreza y los únicos que tienen riqueza y excelentes condiciones de vida son los gobernantes, los militares y más gente de estas élites que, como si eso fuera poco, roban enormes sumas de dinero para colocarlas en los paraísos fiscales y tenerlas listas para cuando ellos tengan, obligadamente, que abandonar los países a los cuales han sacrificado. Se conoce que familiares de Fidel Castro y Hugo Chávez viven en Europa en condiciones de enorme riqueza que nadie, en su sano juicio, puede explicar de dónde proceden. Y los habitantes de Cuba y Venezuela mueren de hambre y necesidad y se ven obligados a huir, en calidad de migrantes irregulares y pretender entrar a Estados Unidos.
¿Por qué esas infelices víctimas de las tiranías socialistas y de sus gobernantes no tratan de emigrar a “paraísos” como Rusia, Cuba o Nicaragua…? Huir de los paraísos del socialismo para ir a buscar “mejores días” en el país capitalista por excelencia parecería un absurdo, pero eso es totalmente comprensible y sucede en estos mismos días. (O)