La cosmovisión es una brújula que nos permite leer el mapa de la vida, la cosmovisión ancestral de la cual somos herederos nos enseña a ver el mundo como un todo relacionado, un conjunto articulado entre la humanidad y cada parte del entorno que la cobija.
Más que la mera acumulación del conocimiento, los pueblos andinos buscaron su comprensión profunda del cosmos y la vida, su incorporación mítica y su representación ceremonial y simbólica; en su cosmovisión ancestral el conocimiento se expresa desde la sabiduría del re-crear sobre el re-pensar, desde la práctica del ser y la naturaleza del conocer (Estermann 1998).
Desde el prisma de los pueblos andinos el tiempo es circular, explica los ciclos cósmicos a partir los cuales se lee la vida en su conjunto, entendida desde un paradigma colectivo de reciprocidad.
Reciprocidad que significa transparencia; un irrenunciable compromiso con la verdad y el flujo energético que ella provoca en el colectivo, AMA LLULLA, no mentir, el principio de reciprocidad con la verdad.
Reciprocidad que significa respeto y equilibrio, en tanto compromiso por cuidar y garantizar la propiedad y la posesión de bienes de todos, de cada uno: AMA SUA, no robar, el principio andino de reciprocidad con la propiedad de cada miembro de la comunidad.
Reciprocidad que significa esfuerzo y se corresponde con el aporte comprometido de cada uno de los miembros de la comunidad. AMA QELLA; no ser ocioso, reciprocidad en tanto correspondencia con el esfuerzo colectivo.
No mentir, no robar, no ser ocioso, los principios andinos que describen la vida desde la perspectiva del respeto al colectivo desde la práctica del ser y la naturaleza del conocer, principios que podemos convertirlos en propósitos para le reflexión a que nos convoca la barrera del nuevo año… (O)