Y la arena del tiempo continúa su caída y el hilo de nuestra vida es cada vez más corto en “este viaje de adversidad y gloria/ en este vago sueño mortuorio que vivimos” como afirma el Fakir en esa maravilla de texto que es su “Oda al Arquitecto” y nosotros, mi amable lector, seguimos con equivocaciones, aciertos y desazones en la maravilla de estar vivos todavía; y es que ese “todavía” significa mucho más que un espacio entre el pasado y el futuro, ante todo es el hoy (ic et num) para aquí y ahora recomenzar, una y otra vez en la prodigiosa realidad del instante. Y mientras comienza un nuevo año inventado por los seres humanos en un calendario que ha cambiado tantas veces a lo largo de la historia, pensamos en la palabra como único referente al paso de la huella que intentamos dejar en nuestra propia historia. Esa palabra que intenta llegar hasta sus ojos y quedarse en su corazón más allá de las próximas generaciones, puesto que nunca como hoy el vértigo impone el olvido instantáneo. Nos llegan épocas difíciles y turbulentas con las elecciones, sin embargo, reconocemos que tenemos la capacidad para dilucidar las opciones mientras tanto vaya para usted el abrazo solidario y que este nuevo viaje de un año no nos encuentre descuidados, amigo lector. (O)
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