En el marco de la captura del expolicía Germán Cáceres, procesado por el femicidio de su esposa, varios casos han salido a la luz y sus familiares exigen justicia, para que también se capture a sus victimarios, pero que también para que se castigue a quienes están detenidos, pero muchas veces no llegan a ser juzgados y peor sentenciados, quedando el tema en la impunidad.
Según datos de la Fiscalía, del 2014 al 2022 se registraron en el país 1.671 asesinatos tipificados como femicidio, es decir que se mató a la víctima por el hecho de ser mujer; de este total de crímenes, apenas 473 alcanzaron una sentencia condenatoria, es decir, menos del 30 %.
En los casos pendientes, 765 se encuentran en etapas previas al juicio (investigación previa, instrucción fiscal o preparatoria de juicio), solo 72 victimarios están siendo juzgados.
Mientras que, en 201 casos, de los 674 que se resolvieron, la decisión judicial fue favorable para el sospechoso del crimen, 76 procesos se archivaron, en 32 se extinguió la acción penal y en 93 fueron declarados inocentes.
Opinión de expertos
Para Geraldine Guerra, activista que trabaja con organizaciones que defienden los derechos de las mujeres, la demora en la justicia en estos casos desencadena principalmente en el mensaje de impunidad que se da a los agresores y a la sociedad en general; y en la falta de reparación a las víctimas, lo cual va más allá de un pago económico.
“La reparación es más que la cantidad económica que el juez fija al final de la sentencia, es lograr que la víctima recupere, en la medida de lo posible, la vida que tenía antes del femicidio, que incluye acompañamiento psicológico, medios económicos de subsistencia, estudios”, afirmó la experta.
Aunque el actual Gobierno modificó la norma, permitiendo que los hijos de una víctima de femicidio reciban un bono sin necesidad de una sentencia, los registros que maneja el Ministerio de la Mujer no concuerdan con los de la Fiscalía, pues solo tiene registradas 73 víctimas durante el 2022, mientras que en este mismo período, según la Fiscalía, el número ascendió a 377 mujeres.
Prófugos
Dentro de los tipos de impunidad, está en la que recaen quienes, como hasta hace poco se encontraba Germán Cáceres, se encuentran prófugos, uno de los casos más emblemáticos en el país es el de Luis Hermida, principal sospechoso del asesinato de su esposa, Lisbeth Baquerizo, ocurrido hace más de dos años, pese a que forma parte de la lista de los diez más buscados por violencia de género no ha podido ser ubicado por la Policía.
Kathy Muñoz, madre de la víctima, insiste en que el sistema judicial, en el que su yerno tendría influencias, ha permitido la impunidad, pues desde un inicio lo alertaron, permitiéndole que huya; también señala ineficiencia por parte de la Policía.
El no ubicar al victimario deja el caso en la impunidad de forma indefinida, pues según el Código Orgánico Integral Penal (COIP), el femicidio no está en la lista de los delitos que pueden ser juzgados en ausencia. Quito.- (ASM)-(I)