Con pie derecho el presidente Lasso empezó el 2023. Su anuncio de que la salud pública se convertirá en prioridad ha sido muy bien recibido por la sociedad. El mismo llegará de sorpresa a los hospitales, conversará con los pacientes, revisará las bodegas para comprobar el abastecimiento de medicinas, y al final se reunirá con los directores o gerentes médicos.
Sin duda, el presidente encontrará muchas falencias, pues bien sabemos que, en materia de salud, el país cojea desde hace décadas. El modelo actual ha fracasado hace muchos años.
Se han vuelto repetitivas las denuncias de compras fallidas de medicinas, y el comentario de quienes sufren el desabastecimiento es que no se podrá adquirir para hospitales públicos e IESS mientras no se sepulte al SERCOP, entidad creada en la década anterior para justificar la mañosería. El control del suministro de las medicinas y equipos médicos y las inversiones en activos y adquisición de materiales para la educación, deberían ser parte del control directo de la presidencia, a través de un ente adscrito riguroso para verificar plazos y garantizar la calidad. Los politólogos que pululan en la burocracia, sin duda, no le han dejado ver de cuerpo entero al presidente, este conflicto. Un enredado mapa de trámites confusos persiste. Ellos creen que es un problema de procesos, no…por favor, es más bien un tema de urgencias. Una buena parte de los mandos medios, son el tejido inescrupuloso del manoseo público; se formaron en el proyecto del siglo XXI, cuando se adoctrinaron para complicar lo simple, a través de formularios, papeleo inservible, formatos poco técnicos y largos, reglamentos pegados con babas, que además cambian cuando se les ocurre.
Muchos creemos en sus buenas intenciones señor presidente, pero sugerir una reingeniería en el SERCOP es urgentísimo. Para empezar, deberá manejar la entidad una persona con conocimiento técnico del sistema. Los actuales asesores de la entidad son demasiado estratosféricos e incapaces de bajar a la tierra para entender la realidad de un país, que padece la falta de insumos básicos para cubrir dolencias.
Felicitamos la iniciativa de llegar a los hospitales públicos de manera intempestiva. Pero hará falta hacer lo mismo con el IESS, que a propósito es increíble que hasta ahora no se pueda nombrar el vocal representante de los empleados y trabajadores al Consejo Directivo, proceso trabado entre los reglamentos y aspiraciones políticas. De una vez sugerimos señor presidente que su representante les haga una caidita de vez en cuando en las instalaciones del Seguro Social. (O)