La aceptación de la vacuna contra la covid-19 a nivel mundial ha aumentado en un año del 75,2 % al 79,1 % en 23 países, pero ha bajado en ocho, por lo que «para poner fin a la pandemia como un amenaza para la salud pública, hay que incluir esfuerzos que construyan confianza y cambien comportamientos de no vacunados, subvacunados e indiferentes».
Así se desprende de un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), que este lunes publica la revista Nature Medicine, y que recoge 23.000 encuestas sobre la aceptación de las vacunas contra la covid-19 en 23 países de Europa, América, Asia y África y que representan más del 60 % de la población mundial.
Junto a ISGlobal, ha participado en el estudio la estadounidense Escuela de Posgrado en Salud Pública y Políticas de Salud de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY SPH).
Los datos objeto del estudio publicado hoy corresponden a la tercera encuesta, llevada a cabo entre los meses de junio y julio de 2022 y que se comparan con los obtenidos un año antes.
Entre países, el estudio subraya una gran diferencia en la aceptación de la vacuna y la necesidad de adaptar estrategias de comunicación para abordar la reticencia a la vacunación.
«La pandemia no ha terminado y las autoridades deben abordar urgentemente la indecisión y la resistencia a la vacuna como parte de su estrategia de prevención y mitigación de la covid-19», ha afirmado el jefe del Grupo de Investigación en Sistemas de Salud de ISGlobal, centro impulsado por la Fundación La Caixa, Jeffrey V. Lazarus.
Para ello, según señala el estudio, los responsables políticos necesitan datos sólidos acerca de si la reticencia hacia las vacunas está disminuyendo o aumentando y en qué poblaciones, además de información sobre los factores que influyen en el rechazo como pueden ser el nivel de ingresos o educativo de las personas.
Con el fin de obtener estos datos, el investigador Jeffrey V. Lazarus y el decano de la CUNY SPH, Ayman El-Mohandes, iniciaron en 2020 una encuesta que alcanzó a 23 países altamente poblados y afectados por la pandemina.
Contestaron la encuesta un total de 23.000 habitantes, 1.000 por cada uno de los países de Alemania, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Ghana, la India, Italia, Kenia, México, Nigeria, Perú, Polonia, el Reino Unido, Rusia, Singapur, Sudáfrica, Suecia y Turquía.
NATURALEZA DIVERSA DE LA RETICIENCIA A LAS VACUNAS
Según la encuesta, el 79,1 % de la población aceptó la vacunación, lo que representa un aumento del 5,2 % con respecto a junio de 2021.
La disposición de los padres a vacunar a sus hijos e hijas también aumentó ligeramente, al pasar del 67,6 % en 2021 al 69,5 % en 2022.
Sin embargo, en ocho países se registró un aumento en la reticencia que oscila entre 1,0 % registrado en el Reino Unido y el 21,1 % de Sudáfrica.
Los otros países en los que ha descendido la aceptación de la vacuna son Turquía (2,7 %), México (9,4 %), Kenia (8,5 %), Gana (13,8), China (1 %) y Brasil (3,3 %).
Además, el 12,1 % de las personas vacunadas encuestadas dudó sobre inocularse una dosis de refuerzo, lo que pasó sobretodo entre las personas situadas en los grupos de edad más jóvenes, con edades comprendidas entre 18 y 29 años.
Ante estos datos, Ayman El-Mohandes ha indicado que se debe permanecer vigilante «en el seguimiento de la información, contener las variantes de covid-19 y abordar la indecisión, ya que puede suponer un reto para los futuros programas de inmunización contra la enfermedad».
Otro de los datos que revela el estudio es que casi el 40 % de los encuestados declaró prestar menos atención que antes a la nueva información sobre el covid-19 y dar menos apoyo a los mandatos de vacunación.
Según el estudio, en algunos países la reticencia a las vacunas se asoció a variables como el sexo femenino, como pasó en China, Polonia y Rusia; a no tener título universitario, lo que reveló más incidencia en Francia, Polonia, Sudáfrica, Suecia y EE.UU.; o a tener ingresos más bajos, lo que ocurrió en Canadá, Alemania, Turquía y el Reino Unido.
Según Jeffrey V. Lazarus, los resultados del estudio «muestran que las estrategias de salud pública para aumentar la cobertura de las dosis de refuerzo deberán ser más sofisticadas y adaptables a cada entorno y población diana».
«Para mejorar la aceptación de la vacuna, las estrategias deben incluir mensajes que transmitan compasión en vez de miedo y utilizar mensajeros de confianza, en particular profesionales de la salud», ha añadido el investigador. EFE