Mientras el círculo íntimo de Carondelet está acusado de corrupción y vínculos con el narcotráfico y el país entero espera respuestas claras, oportunas e inmediatas, al señor Lasso no se le ocurre otra cosa que anunciar en cadena nacional una serie de rebajas en varios impuestos con el pretexto de “atraer la inversión para dinamizar la oferta económica y empleo” en beneficio directo, una vez más, de los grandes grupos económicos del país. La temporal rebaja del IVA en festividades en “beneficio de la ciudadanía” es irrisoria y el turismo no crecerá si no tenemos buenas vías de comunicación. Si esto ya es preocupante, la demencial rebaja del impuesto en la compra de armas y municiones del 300 al 30” “con el objetico de apoyar los servicios de seguridad públicos y privados” es un insulto a la inteligencia humana, creer que esto “ayudará a combatir la delincuencia” es peligrosísimo. La perla de esta intervención presidencial llega a niveles inauditos de torpeza porque ¿¡cómo es posible rebajar el impuesto al plástico cuando el planeta clama por dejar de usarlo!? El Gobierno del encuentro está perdido, va de tumbo en tumbo, pone nuestra vida en peligro y nos arrastra ineludiblemente a nuevas manifestaciones sociales. (O)
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