La dolarización cumplió 23 años y desde el Banco Central del Ecuador (BCE) se destaca cómo en este tiempo ha generado estabilidad monetaria y financiera para el país, pero, ante todo, cómo frenó la indisciplina fiscal, es decir, el exceso de gasto público que era subsanado con el abuso que los gobernantes hacían de la posibilidad que tenía de devaluar la moneda.
“La adopción de la dolarización ha sido favorable para combatir la indisciplina fiscal, alcanzar la estabilidad de precios, aumentar el poder adquisitivo de los ciudadanos, facilitar la planificación financiera en el sector privado, reducir los niveles de pobreza y generar condiciones favorables para la inversión y crecimiento en el país”, resaltó Guillermo Avellán, gerente del BCE.
El economista Alberto Acosta Burneo coincide en que la principal virtud de la dolarización en el país fue que frenó la capacidad que tenían los gobernantes de “meter la mano” en el valor del dinero, para financiar el gasto público imprimiendo billetes, lo cual se conoce como “impuesto a la inflación”, que desencadenada crisis económicas, una de las fuertes que vivió el país fue la de 1999, justo un año antes de que Ecuador abandone su moneda propia.
“Ese tipo de financiamiento, para los políticos irresponsables, era el perfecto, porque no tenían que ir a la Asamblea a pedir que les aprueben impuestos, simplemente aceleraban la máquina de imprimir billetes y los ciudadanos pagábamos ese exceso de gasto, vía inflación, con lo que se destruía el poder de compra y los ahorros”, puntualizó Acosta Burneo.
Para el experto, el principal resultado de esta medida fue la estabilidad económica y financiera, no solo del Estado, sino, sobre todo, de los ciudadanos, que ya no debía preocuparse porque sus ahorros se licúen, lo cual les permitió endeudarse y pensar a largo plazo.
Pese a los límites que la dolarización les impuso a los gobernantes, Acosta Burneo reconoce que, durante el correísmo igual se produjo un exceso del gasto público, primero gracias al “boom” petrolero y luego a través del endeudamiento que incluso sobrepasó los límites permitidos por la ley. Es decir, se encontró la forma de gastar, pese a la dolarización.
Beneficios
Guillermo Avellán destacó que la dolarización también ha servido como una especie de “paraguas” ante los choques externos que ha sufrido el país, el más reciente: la guerra entre Ucrania y Rusia, que tiene al mundo al borde de una recesión y a los países desarrollados con niveles de inflación que llegaron hasta el 8 %, mientras que Ecuador cerró el 2022 con 3,74 %, una de las más bajas de la región.
Entre 1980 y 1998, la inflación anual, en promedio, fue de 36,4 % comparada con el periodo 2001-2019, donde se ubicó en 4,5 %. Así, fue ocho veces menor al periodo previo a la dolarización.
Además, tras la dolarización, la producción por habitante se incrementó en 22 %, mientras que entre 1977 y 1998 creció solo el 14 %; y la pobreza pasó del 49 % en 1998 a 27,7 % en 2021.
“Se pagó un alto precio”
PIE DE FOTO: Carlos de la Torre considera importante recordar el costo social que Ecuador pagó para pasar a dolarización.
Quito.- Aunque reconoce los beneficios de la dolarización, el economista Carlos de la Torre considera importante recordar el costo social que Ecuador pagó para pasar a este sistema, el cual se resume en la salida del país de más de dos millones de ecuatorianos, cuyas remesas, paradójicamente, sostienen la dolarización.
“El precio lo pagaron quienes tenían ahorros, pues perdieron el 60 % de su valor en sucres, cuando fueron descongelados apenas valían el 40 %, se licuaron los pasivos de la banca”, explicó de la Torre.
Según el experto, existía un mejor sistema que la dolarización, que era el control de cambios, que se lo había recomendado porque tenía menor impacto en el empobrecimiento de la gente, “pero a los importadores y a la banca le convenía más la dolarización y el Gobierno decidió acogerla como una decisión política, más que técnica”, puntualizó.
Además, el economista resaltó que, en parte por la dolarización, el país es “caro”, pues los costos de producción, vinculados principalmente a los salarios, son altos, lo cual hace que Ecuador sea menos competitivo.
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“Con la dolarización tenemos el terreno sólido para construir un edificio adecuado, pero no basta solo con eso, hay que trabajar más para ser una economía competitiva”
Alberto Acosta Burneo, analista económico
Quito.- (ASM)-(I)