Qué lamentable espectáculo ofrece el Gobierno frente a la terrorífica red de corrupción en las cercanías a Carondelet, cuando proclamaba a boca llena la lucha anticorrupción como escudo para su administración. Qué tristeza y profunda desolación causa la tardía reacción y, sobre todo, la inoperancia y maliciosa actuación de la Asamblea frente a la crítica realidad que vivimos. Qué desesperanza mirar cómo aparecen los tentáculos de la corrupción en su intento de apoderarse de la Justica ahora más tuerta que nunca, sin espada y con la balanza vencida, en un país en donde las muertes violentas (2021-2022) crecieron un 82 % y es el sexto más violento de la región, por encima de México. Qué miedo que el cuidado de la seguridad del Estado y de la sociedad tenga elementos vinculados al narcotráfico y al crimen organizado. Qué peligro que los gobiernos, con todo el descaro, continúen entregando los recursos naturales a los intereses transnacionales en contra de los preceptos constitucionales, el pronunciamiento del pueblo y la ética y responsabilidad ambiental que exige el planeta en estos momentos. Todas las funciones del Estado están involucradas en este agresivo cáncer que hace metástasis en todas las actividades de la sociedad ecuatoriana. (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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