Juan Peralta, “flechado” con el sueño olímpico
Es el primero en llegar y el último en salir de los entrenamientos. Esta es una de las cualidades de Juan Pablo Peralta que, a sus 16 años, sobresale a escala internacional en tiro con arco.
En su mente siempre ronda la idea de alcanzar una medalla olímpica para Ecuador, tal como lo hicieron sus referentes Jefferson Pérez y Richard Carapaz.
Y no se dedica únicamente a entrenar. Él está consciente de la difícil situación económica y por eso, colabora en el taller electromecánico de su papá Teófilo Peralta, para ayudarse y satisfacer parte de sus requerimientos.
La remuneración que recibe sirve para adquirir implementos deportivos, que son difíciles de conseguirlos. Son fabricados con materiales de primera generación.
El seleccionado nacional reconoce que no es una tarea fácil combinar ambas actividades. El tiro con arco es un deporte agotador y costoso, poco practicado en el país.
Sin embargo, no claudica. Para palear estas necesidades ha sacado a flote su ingenio, elaborando sus propias pesas de cemento.
Con estos improvisados, pero prácticos implementos, el atleta se ejercita en las noches, a pesar de llegar agotado a casa, luego de una larga y sacrificada jornada.
Peralta destaca el apoyo que también recibe de la Federación Deportiva del Azuay. Tampoco deja de alabar el respaldo de su descubridor, el entrenador Roberto Morell, quien confía ciegamente en sus capacidades.
Teófilo, padre del atleta, asegura sentirse muy orgulloso de su hijo, a quien lo apoyará incondicionalmente en todos sus planes. “El sacrificio es la base de todo buen resultado”, recalca.
Sus inicios
Juan Pablo inició a practicar tiro con arco desde hace dos años, por esas bonitas coincidencias de la vida. El deportista recuerda que antes quería practicar boxeo.
Es más, estuvo por inscribirse en este deporte de combate, hasta que se encontró con Morell, entrenador de la Federación del Azuay, quien le hizo cambiar de opinión e inclinarse por el arco y la flecha.
«Fue la mejor decisión que he tomado. No me arrepiento. Desde el inicio me enganché con este deporte», asegura el tirador.
Morell, en cambio, recuerda entre risas que logró persuadirlo cuando, con su extrovertida personalidad, le dijo en voz alta: Niño, no te dañes la carita.
Para motivarlo a practicar este deporte, incluso, le prestó un arco de alto rendimiento. Ahora, practica con uno que la Federación Ecuatoriana de Tiro con Arco le entregó por su rendimiento.
El experimentado entrenador cubano destaca que su pupilo tiene muchas condiciones. “Es uno de los chiquitos con mayor proyección, tiene condiciones excepcionales”.
La trayectoria de Juan Pablo es corta, pero exitosa. El deportista de origen guayaquleño y que vive más de 12 años en Cuenca, fue campeón prejuvenil (ronda olímpica) en el Campeonato Sudamericano que se realizó el año pasado en Guayaquil.
Adicional, cuenta con cuatro subcampeonatos sudamericanos (equipos mixtos, equipos, ronda olímpica abierta y clasificatorio).
Esas preseas ocupan un lugar especial en la casa de Juan Pablo. «Mi sueño es ser campeón olímpico…Esa es mi principal motivación» destacó con mucha confianza.
Su día a día
Cada día se levanta a las 05:00. Abre los ojos, pero sigue soñando despierto. Cuando despierta siempre repite: Quiero sentir lo que siente un campeón olímpico.
Se despierta temprano porque vive en Llacao. Luego toma una reconfortante ducha con agua fría para espantar a la pereza y prepara su desayuno.
Toma café y se dirige a la UE Herlinda Toral, donde estudia de 07:00 a 13:30. Después se traslada al taller electromecánico de papá, ubicado en Quinta Chica.
Después de almorzar se desplaza al polígono de tiro de Ucubamba para cumplir sus entrenamientos, desde las 15:00 hasta 18:30.
Exhausto, regresa a casa. Merienda y hace las tareas, ya que piensa seguir entrenando sin descuidar su formación académica.
Saca fuerzas de flaqueza para realizar ejercicios. Cuando termina su rutina cae rendido en su cama, pero con la satisfacción de haber dado otro paso para consagrarse campeón olímpico.
En el poco tiempo libre que dispone escucha música. Prefiere todo tipo de género. Desde reguetón, pasando por música clásica y hasta rock. También lee libros y escucha podcasts deportivos.
Entrenamientos
Juan Pablo sostiene que no se trata solo de agarrar el arco, centrar la flecha, cuadrar la mira, sino se tiene que pulir la técnica para dar en el blanco.
Este proceso milimétrico y repetitivo requiere de mucha concentración, buen pulso, calma, control de respiración y excelente estado físico. Para afinar la puntería lanza 250 flechas.
«Muchos piensan que este deporte es solamente de pararse en la línea de disparo y lanzar la flecha».
En el caso particular de Juan Pablo, su preparación física contempla dos horas diarias, seis veces a la semana.
El deportista pertenece a la categoría cadetes, modalidad de arco recurvo, pero este año piensa incursionar en la juvenil para ganar experiencia. (I)
ALGUNAS CIFRAS
4.000
dólares, es el valor aproximado de un arco, incluido sus accesorios.
800
a 900 dólares cuesta el juego de flechas de última generación, que se lo cambia cada dos años.
EL DETALLE
Juan Pablo es el último de cuatro hermanos. La primera es Maricela, quien estudia para abogada. Luego vienen Anabel (administra sus negocios en Guayaquil) y Saúl (becario que estudia en Alemania). Su madre es Lourdes Álvarez.