Maritza Alexandra Quintanilla Zamora, de 39 años, abogada y activista en el campo social y ambiental, es la nueva viceprefecta de Azuay. Es madre de dos hijos, de 18 y 16 años.
Tiene experiencia en el sector público, pues ha trabajado en varias instituciones del Estado durante los gobiernos de los expresidentes del Ecuador Rafael Correa y Lenín Moreno, y del actual primer mandatario Guillermo Lasso.
Laboró en el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE) como directora del Programa de Reparación Social y Ambiental (PRAS), encargada del proceso de la zona 1 de La Josefina.
Trabajó como asesora de Lorena Tapia, titular del MAATE. Igualmente estuvo en el Consejo Nacional de Gobiernos Parroquiales Rurales del Ecuador (Conagopare) y en el Consejo de Gobierno del Régimen Especial de Galápagos.
También trabajó en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en el Ministerio del Interior, en el Ministerio de Finanzas y fue voluntaria de la Cruz Roja Ecuatoriana (CRE). Vivió siete años en Quito y hace tres regresó a Cuenca.
Es la promotora de dos fundaciones: Ama Nacer y la Latinoamericana Sostenible, que trabajan en programas en las áreas social y de la protección de los derechos de la naturaleza. Tiene formación como coach espiritual y transformacional.
Para ella es fundamental el trabajo en la salud mental de la población y este será uno de los ejes de su gestión para buscar prevenir actos violentos contra la mujer, los niños, los adultos mayores y las personas con discapacidad.
– ¿Qué le motivó a postularse para la Prefectura de Azuay?
Mi activismo de toda la vida, uno llega al punto en el que entiende que desde la parte individual ya no puede seguir gestionando lo que se necesita para el colectivo social, entonces yo vengo trabajando en una línea de servicio público. Desde muy pequeña he trabajado con fundaciones. He hecho voluntariado en los orfanatos, ancianatos… Algunas veces ya me habían pedido que participe en política, que sea concejal, asambleísta, pero yo sentía que tenía que tener una madurez política como para poder determinar un proceso… Una vez que ya estoy preparada he tomado la decisión de participar…
– ¿Qué tareas le ha encomendado Juan Cristóbal Lloret, nuevo prefecto de Azuay?
Nosotros vamos a cogobernar, ese ha sido un pacto, yo vengo respondiendo a una alianza, los indígenas me han pedido que les represente. Sin embargo, creo que cada uno tiene una expertis que tiene que aprovechar y mi expertis es la parte social, el área jurídica y también el tema ambiental, entonces desde allí vamos a estar trabajando, el tema de producción, de emprendimientos, pues vamos a tener un sistema de economía popular y solidaria, que es bastante grande… No va a haber un divorcio de funciones, talvez encargos para que cada uno pueda gestionar algo…
– Las autoridades, sobre todo los gobiernos seccionales, poco o nada hablan de la salud mental, usted ha mostrado mucho interés en este campo. ¿Qué se puede hacer desde la viceprefectura para atender la salud mental de la población?
Las enfermedades del futuro van a ser la depresión y la ansiedad, tenemos que estar conscientes de que tenemos que hacer algo como gobierno para que la gente tenga herramientas nuevas de transformación.
– ¿Pero en este ámbito que se puede hacer desde la viceprefectura?
Es un eje totalmente transversal, tenemos una Dirección de Género y desde allí vamos a transversalizar todo, usted no puede solamente procurar espacios para la mujer o para las personas que son vulnerables, también tiene que empoderar para sacar adelante, entonces va a ser un eje transversal. Nosotros vamos a trabajar con capacitación dentro del sistema de economía popular y solidaria, y una de las materias más importantes va a ser, justamente, la salud mental…
– En Azuay hay un alto índice de desnutrición infantil, esta llega al 30,67%. ¿Qué se puede hacer desde la viceprefectura para atender este problema?
Hay una serie de componentes que talvez la gente no los ha visto. Qué pasa con el luch que les dan a los niños desde el gobierno. Es lo mismo y ya ni siquiera comen, llega una galleta cerrada en un sobre y todos los días lo mismo. Tenemos la fruta en Bulán, que se desperdicia. Nosotros dentro del sistema de economía popular y solidaria le vamos a dar un valor agregado a todos los productos y desde allí vamos a tener la fruta que les llegue a los niños… Tenemos parásitos en los niños y deben entrar a atacar eso, tenemos que exigirle al Gobierno Nacional la inversión… También vamos a trabajar con la salud oral y ya es hora que participen las empresas privadas con la responsabilidad social y tengo las mejores relaciones con la empresa privada…
– La migración se ha reactivado, hay migrantes que mueren cada semana en su intento de ingresar a EE.UU. ¿Qué hacer frente a esta realidad?
Es una consecuencia, la gente ya no cree en el campo, ya no quiere sembrar, imagínese, si yo siembro una hectárea de papas y hago la inversión, meto las manos en la tierra, cuido la planta y cosecho, y viene el intermediario y me compra el saco de papas a seis dólares y lo vende en 20, entonces algo está pasando. Lo que tenemos que hacer es poner a la gente en igualdad de condiciones para permitirles competir… Vamos a trabajar con Impulsar, que sea una empresa que le ayude a producir, y ver que otro resultado el productor le puede dar al alimento, a la fruta…
– La mayor parte de alimentos que se consumen en Azuay vienen de otras provincias. ¿Cómo lograr que Azuay tenga la capacidad de cultivar y abastecerse de sus propios alimentos?
Ordenando, este momento desde las autoridades no hay un ordenamiento en la producción, entonces si yo le pongo a Sígsig a producir papas, si le pongo a Nabón a producir papas, si todos producen papas, no me funciona… Nosotros dentro del plan de economía solidaria tenemos justamente esta organización de la producción. Es decir por ejemplo: Bulán que cultive manzana y durazno, y que estos procesos puedan ser con tecnología avanzada, que se puedan mantener en el mercado, para que la producción podamos tener todo el año para poder tener soberanía alimentaria… El 60% viene del norte, nosotros tenemos que empezar a hacer que la gente se enamore del campo. Les vamos a asociar, les vamos a dar fondos semillas, les vamos a abrir líneas crediticias, les vamos a trabajar con su salud mental, vamos a atender la salud de sus niños. Es todo un sistema que va a procurar una mejor vida…