Ante la reciente pérdida electoral y las voces de corrupción insertadas en la administración, el gobierno del presidente Guillermo Lasso se encuentra en el momento político más difícil de estos casi dos años de administración. La renuncia de sus principales y más cercanos colaboradores ha sido la primera consecuencia del momento político y de la crisis gubernamental. La habilidad política será lo que pueda permitirle sortear estos momentos de mayor tensión.
Mientras estas líneas se escriben, se conoce que Henry Cucalón, con lazos en el PSC, será el reemplazo del ministro Jiménez. El nombre ha generado expectativa por su habilidad y experiencia en la Asamblea, que constituye una ventaja para ejecutar las labores de mediación tan necesarias en el actual contexto. Con el pasar de las horas se escucharán más nombres sobre designaciones y reemplazos desde los cuales se abre una oportunidad para acercarse a otros sectores a fin de obtener algo de capital político. La renovación del gabinete y de los cargos más cercanos podría otorgar un aire menos denso dentro de Carondelet y quizá una especie de tregua con la clase política y el sector mediático.
El remezón en el Gabinete es el segundo paso para sortear la crisis en Carondelet. El primero fue el llamado a un gran acuerdo nacional, convocado el pasado lunes. Un gesto que ha recibido el rechazo de diferentes partidos y movimientos políticos. Ante la falta de un vehículo por el sector más representativo de la política nacional, las opciones presidenciales se van limitando al eco mediático, al sector productivo y financiero y a las fuerzas del orden. Las tensiones con los otros poderes del Estado no le dan tregua al gobierno que debe reaccionar con más claridad y certezas si desean permanecer en Carondelet.
El fantasma de la muerte cruzada o la petición de renunciay adelantamiento de elecciones, incluso la revocatoria del mandato, son opciones que más de un actor político ha esbozado, tanto de la oposición como de los sectores que eran más cercanos al gobierno. La decisión gubernamental por la Consulta Popular como única apuesta, expuso su reducido capital político. La derrota en las urnas liquida la agenda y el músculo político que intentaba reforzar. A su vez, la recuperación de espacios electorales de parte de la Revolución Ciudadana le entrega a esta tienda política mayor legitimidad para actuar ante el reciente apoyo popular recibido.
Este es, sin lugar a duda, el momento más crítico de la administración de Lasso. La capacidad de sortearlo dependerá de una variedad de acciones en las que, se espera, primen objetivos comunes y posturas más generosas, pero, sobre todo, opciones constitucionales que se activen en función del bienestar de una sociedad que bastante tiene con sus problemas en inseguridad, economía, salud y empleo como para también tener que esperar la solución del remezón en Carondelet.