Dudas y fracasos electorales
Un sinsabor, llámese chuchaqui electoral ronda los labios de millones de ecuatorianos. Otra vez se fue la señal, la luz, la conexión, como le bauticen no importa. Luego del chasco, la continuación del conteo fue, un mar de dudas, una meta sin cinta que cortar.
¿Tanto se equivocaron los exit soll de empresas como CEDATOS? ¿Cómo se explica el cambio de las tendencias en tan poco tiempo? ¿Están manipulados los sistemas informáticos del CNE y “acondicionados” para ciertas circunstancias y candidatos? Minutos antes de cerrar este artículo se denuncia “hay un sistema paralelo de control electoral en Guayaquil”
En Esmeraldas, Santo Domingo, Babahoyo, Quevedo y Guayaquil en donde la delincuencia organizada campea, votaron por el SI en la primera pregunta respecto a la extradición de mafiosos y corruptos. Zonas donde se sufre por las muertes violentas, jamás podrían estar en contra de la lógica de esta interrogante vital para en algo disminuir la impunidad. A esta tendencia se sumaron Cuenca, Azogues, Tulcán, Riobamba, Ibarra, Loja, Quito, Ambato, Galápagos y las circunscripciones del exterior. Siguen siendo los ideólogos de pacotilla quienes influenciaron en lugares tomados por Iza, el correismo, los sociólogos cavernarios; y, sectores que, desde años, con fundamentalistas enquistados en universidades de Manabí adoctrinan a los jóvenes con las tesis del Siglo XXI, quienes ganaron este referéndum.
La mitad de los electores votaron nulo y blanco en la papeleta de los desconocidos del CPCCS. Alambert Vera, el abogado que demandó a El Universo a nombre de Correa en el famoso caso Chucky Seven, ganó un escaño, a quien el inoperante CNE le permitió, junto con otros llamados de la “línea azul” afines al correato, hacer publicidad con una bandera política, estando expresamente prohibido en la ley. Además de la campaña anticipada que tampoco pudieron controlar, los miembros del CNE solamente se han justificado de sus propias desgracias.
Cayó el bastión socialcristiano del Guayas. La gente les devolvió con su propia medicina, luego de 30 años de proclamar un supuesto “modelo exitoso”. Nebot, en una declaración que sangró por la herida, acusó a Lasso de su derrota, sin reparar en la traición de sus socios de la Asamblea Nacional en el momento de la verdad.
Tiempos difíciles se vienen para el Ecuador; el llamado del presidente Lasso al diálogo y unidad merece la atención de todos, inclusive de los ganadores seccionales en Pichincha, Guayas y Manabí.
A parte de una Auditoria Integral al sistema del CNE, se requiere modificar el agónico Código de la Democracia, el cual, de mantenerse, matará al Estado ecuatoriano volviéndole inmanejable. (O)