El Qhapaq Ñan de Nulti

Tito Astudillo y A.

Hace muchos años ya, por iniciativa de unos moradores del sector Apangora en Challuabamba, visitamos y recorrimos tramos y vestigios del sistema vial prehispánico, conocido como el Camino del Inca, a su paso por la parroquia Nulty en dirección al Molle y Chocarsy. Ellos, identificados con su historia, estaban preocupados por el abandono de este hito arqueológico y querían llamar la atención de las instituciones responsables de cuidar y proteger estos bienes culturales.

Hace unos días visitamos a Mario Cabrera Aguilar, en su domicilio en Challuabamba, atendiendo su invitación para hablar del Qhapaq Ñan de la parroquia Nulty y más concretamente de los tramos aledaños a la quebrada Apangora, que permanecen en buen estado de conservación, pero en peligro inminente de ser deteriorados, ante el avance acelerado de la frontera urbana y los trabajos mineros en sectores contiguos. Conocimos de la gestión de la comunidad ante el INPC-R6, pidiendo una inspección a los tramos del Camino del Inca en la parroquia Nulti, y la respuesta de esta institución, dirigida a Mario Cabrera Aguilar, en la que se participa el informe el arqueólogo del INPC-R6, Pedro Javier Basantes, dando cuenta de su recorrido pedestre, en compañía de moradores del sector, por el Qhapac Ñan de Nulty, “detallando las acciones que se debería emprender para el registro, la conservación y preservación de este bien patrimonial”.

Es interesante constatar cómo esta iniciativa, surgida desde lo local, para tratar de salvar este bien patrimonial, asunto que conocimos en su momento y que incluso fue motivo de un reportaje dominical en este diario, permanece latente, crece, trasciende y aglutina a más actores comunales; sigue siendo una preocupación de la colectividad y, quizá lo más importante, como manifiesta nuestro anfitrión, un artista apasionado por la historia, tarea en la que van a perseverar hasta conseguir el rescate y puesta en valor de este bien patrimonial. (O)