Por la negativa de las 8 preguntas, como rechazo a políticas de gobierno mueve a los adláteres del palacio presidencial. Más preciso que eso no hay, esperamos que sus actuaciones recompongan al tejido social ecuatoriano, venido a menos, con la migración hacia países del norte, arriesgando su integridad abandonan a la patria, que les niega una vida digna, con inseguridad en aumento y sin un futuro, especialmente para jóvenes, que fueron golpeados con la ley recaudatoria de comienzos del régimen, pasada por el ministerio de la ley, con pasividad de la mayoría legislativa.
Debemos salirnos del formato de grupos políticos, que se afanan en elecciones y se juntan en alianzas contra natura con tal de mostrar su lado amable, apagan los radares, condescendientes empapelan a las ciudades, se ufanan de haber servido al pueblo, cuando vemos las vías despedazadas que llegan y van del Azuay, las carreteras inter parroquiales e inter cantonales, dañadas, sin asfalto, etc. El turismo con esfuerzos aislados de promotores, en sus fortalezas locales, la educación y salud sino se atienden a tiempo se están convirtiendo en artículos de lujo, que no pueden ser cubiertos por la mayoría de familias ecuatorianas. Entonces el clamor en unas elecciones se torna un grito desesperado por dar vuelta a estos abandonos, que deben direccionar a todos los gobiernos sean el nacional o los locales.
Si algo dejo la pandemia, son las redes sociales en medio de la información, contrastando a voces de lisonjeros que hacen opinión, las denuncias son por plataformas digitales, que han puesto en jaque a las estructuras de poder, que lo único que saben a estas alturas de su mandato, es que deben cambiar radicalmente su forma de gobernar, que, a lo mejor hace más asequible la vida a poblaciones pobres, que en la zona rural superan al 50%. Estas elecciones han derrumbado mitos de caudillos locales, que creyeron ser dueños de la voluntad popular de sus jurisdicciones. A los nuevos líderes que surgen de estos comicios, no se duerman en los cantos de sirena de triunfadores, que el tiempo pasa rápido y cuando se dan cuenta. Su actuación ha sido mediocre. ¡Cuidado! (O)
