Al menos una semana estará paralizado el transporte de petróleo en Ecuador a través de los oleoductos afectados por un deslizamiento de tierra en la Amazonía, que obligó al Gobierno a declarar el estado de «fuerza mayor» en el sistema petrolero del país para evitar sanciones por incumplimiento de contratos.
Así lo anticipó la gerente general interina de la petrolera estatal ecuatoriana Petroecuador, María Elisa Soledispa, en unas declaraciones difundidas este viernes tras realizar una visita a la zona, ubicada en la provincia amazónica de Napo, donde el corrimiento de tierra se llevó un puente sobre el río Marker y dejó en el aire pilares de los oleoductos.
Soledispa detalló que harán falta unos siete días para poder solucionar el problema actual, mientras que en paralelo se trabaja ya en la construcción de una variante para las tuberías que evite que vuelvan a verse afectadas por un evento similar.
La situación obligó a Petroecuador a suspender el miércoles las operaciones en el Sistema de Oleoductos Transecuatoriano (SOTE) y en el poliducto Shushifindi-Quito, mientras que también hizo lo propio el privado Oleoducto de Crudos Pesados (OCP).
Las operadoras buscan drenar el crudo de las respectivas tuberías para evitar que una rotura cause un derrame.
El proceso erosivo de esa zona cercana al volcán, El Reventador, que mantiene una actividad eruptiva permanente desde el año 2002, generó socavones y el colapso de ciertas áreas cercanas a ríos que cruzan por el lugar y por los que también pasan los sistemas de transporte de crudo.
Por ese fenómeno, ya se presentaron contingencias y derrames de crudo en la zona, por lo que la estatal Petroecuador y la privada OCP movilizaron a equipos especializados a la zona para prevenir eventuales contingencias ambientales.
Ecuador produce alrededor de 480.000 barriles de petróleo al día, de los que unos 390.000 están a cargo de Petroecuador, cuyas ventas constituyen uno de los principales pilares de la economía nacional. EFE
