¿Recuerda Usted esa materia que nunca le gustó en el colegio? ¿Eran las matemáticas verdad? Aquellas largas clases repletas ecuaciones; aquellas largas noches lidiando con un cuaderno y una calculadora tratando de descifrar los oscuros laberintos de la geometría. Y no era único, de hecho, casi todas las clases de nivelación y los ciclos reprobados suelen tener como denominador común a las disciplinas numéricas.
¿Dónde está el problema entonces? Pues sencillo: nunca nos contaron para que sirven. Allí, mientras en profesor resolvía complicados cálculos en la pizarra, la mente martilla sin cesar ¿para que te van a servir las integrales en la vida? ¿Qué piensas hacer con el coseno y los subconjuntos? Y es que la mente humana, entrenada durante millones de años de evolución, está programada para descartar la información inútil y quedarse solamente con aquello que tenga una utilidad real. Es decir, estamos programados para aprender alguno solamente cuando sabemos para qué sirve.
Y entonces, ¿qué sucedería si antes de empezar con los números, nos contaran, por ejemplo, que todo el desarrollo científico de la humanidad proviene de las matemáticas? ¿Que en la geometría radica la capacidad de la mente para comprender los principios que rigen el Universo? ¿Que a través de la aritmética la mente aprende a identificar patrones y conceptos abstractos? ¿Y si nos dijeran que los sistemas de ecuaciones expresan las identidades económicas fundamentales? ¿Qué la ingeniería que levanta nuestros puentes parte de la física modelada por la aritmética? ¿Que la habilidad de solucionar problemas, optimizar recursos, tomar decisiones, pensar creativamente e incluso la destreza musical tienen que ver con las matemáticas? ¿Qué en la estadística radica la capacidad de registrar nuestra historia y enfrentar la incertidumbre del futuro?
“…Los números constituyen la envoltura de los seres” decía Saint Martin. Geometría y aritmética, disciplinas sagradas de la antigua Grecia, reservadas para unos pocos iniciados, para aquellos que comprendían que los números son la esencia de la filosofía, del esoterismo, de la ciencia, de la música y cuanto se considera humano. Ya Pitágoras decía, hace más de dos mil años, que “…todo está dispuesto según los números”, la ciencia, la magia, el infinito… todo… (O)
