Los últimos casos de corrupción hecho públicos por el portal periodístico digital “LA POSTA”, bautizados como el “gran padrino” y el “gran informe, y que presuntamente podrían conllevar responsabilidades del Presidente Guillermo Lasso, podrían poner a la gestión de su Gobierno en un escenario cada vez más problemático.
En efecto, la presunta red de corrupción en las empresas estatales (denunciada en el primer caso) y la posible incidencia en el Gobierno del narcotráfico ligado a la mafia albanesa (denunciada en el segundo caso), han llevado a que, a más del proceso investigativo abierto en la Fiscalía, se proceda a una investigación por parte de una Comisión multipartidista designada por la Asamblea Nacional.
Como resultado de esta última investigación hay la probabilidad de se produzca un juicio político, que concluya con la destitución del Presidente y su sustitución por el Vicepresidente; aunque si esto no prospera se hablado también de la posibilidad de activar otros mecanismos de la institucionalidad democrática, como la “muerte cruzada” (en base al artículo 130 o al 148 de la Constitución) para superar la crisis de gobernabilidad que está viviendo el país.
Una crisis de gobernabilidad expresada en un Gobierno que no gestiona adecuadamente, o se muestra indolente, en ámbitos claves para la vida de la población, como la salud y la educación pública, el combate a la creciente inseguridad y criminalidad, el mantenimiento de las vías, la atención en los servicios públicos, la promoción de la inversión y el empleo, la ascendente ola de emigración de ecuatorianos, la pobreza y las inequidades, etc, etc.
Frente a este panorama, parece que el Gobierno persiste en no darse cuenta de lo que realmente está viviendo la mayoría de la población, y de que su aprobación social (o legitimidad) ha caído a un nivel alarmante (12 %); una situación que se agravaría luego del triunfo del NO en la consulta popular.
Si el Gobierno, y más específicamente el Presidente de la República, no da un urgente cambio de rumbo a su cuestionada gestión la crisis de gobernabilidad puede conducir a una crisis social y política mayor, con impredecibles consecuencias, aún más con la posibilidad de nuevas protestas y levantamiento sociales. (O)