Bastaron pocas horas para que los videos grabados en el Carnaval, en cantones de Guayas, Manabí y Morona Santiago, se hicieran virales en Ecuador.
Desmanes en la avenida Malecón, en Salinas; una mujer, quien se desnudó en una tarima de Jaramijó; y un vehículo, que fue conducido hacia dentro de una piscina, fueron parte de los actos que se cometieron en el feriado.
Tras los hechos públicos, por ejemplo, el gobierno de Guillermo Lasso despidió al gobernador de Santa Elena, Fulton Anchundia, por no haber cumplido con un control efectivo en Salinas.
Mientras que el Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos emitió un comunicado el que dijo que los hechos de Carnaval “son muestras de violencia sexual y acoso cibernético contra las mujeres”.
El ministerio agregó que continuará con campañas de prevención para evitar que los actos viralizados, y en muchos de los casos, aplaudidos a través de los comentarios de los usuarios, no se vuelvan a repetir.
Sin embargo, para analistas, ni el despido del gobernador, ni el comunicado escueto del Ministerio de la Mujer son suficientes. Los problemas vistos van más allá, y que parten de la pregunta: ¿qué hay detrás de las personas que participaron en los actos de Carnaval?
“Hay varios factores. La falta de control, las acciones en masa y el alcohol. Se ha perdido el respeto a la autoridad, el respeto a la sociedad, el respeto a la comunidad”, opinó la psicóloga Verónica Córdova.
Córdova ha seguido de cerca los actos cometidos en el feriado. Y entre las razones que estuvieron detrás se encontró con que las autoridades no hicieron un control efectivo, por ejemplo, en Salinas, de las personas que hicieron los desmanes.
También se encontró con esta actuación en masa de las personas, en su mayoría en estado de embriaguez. Pero lo que más le llamó la atención a la psicóloga es que las gentes que se ven en los videos son jóvenes y adultos, quienes deberían ya tener un criterio formado.
A quien también le pareció sorpresivo esa presencia de personas adultas en los actos que traspasaron los límites del buen comportamiento fue al sociólogo Patricio Carpio.
Para Carpio, lo sucedido no fue un hecho que pasó de la noche a la mañana, sino que ya había un proceso de maduración de una sociedad que está descompuesta desde el ámbito político hasta el social.
“La violencia sexual que se vio en Jaramijó empieza por los propios GAD. Organizan eventos de Carnaval, con so pretexto de fomentar el turismo, pero no se puede degradar a las personas, y aún más a las mujeres”, dijo Carpio.
El sociólogo cree que, lo que los ecuatorianos están viendo es el reflejo de la ausencia de la educación, de la informalidad y de la propia situación que vive el Ecuador: inseguridad, narcotráfico, corrupción.
¿Qué hacer?
Con los hechos registrados, el primer paso para los analistas es hacer efecto el control. Sin ello, lo que vio en los videos se repetirá.
“Debía haberse previsto la cantidad de gente que llegaría. Nadie controlaba a nadie y se hacía lo que se quería. Muchas personas se excedieron. No hubo justificativos. Lo mismo pasó en las fiestas. No hay un control efectivo”, dijo una joven, que prefirió reservar su nombre, y que estuvo en Salinas en los días de Carnaval.
Un siguiente paso para el sociólogo Patricio Carpio, además de la regulación de los eventos carnavalescos, son acciones a largo plazo que tienen relación con recuperar un estado que genere bienestar, salud y educación al país.
Mientras tanto, para Katherine Tacuri, orientadora familiar, una de las acciones que debe tomar en cuenta cada persona es cuestionarse qué es lo que se quiere como sociedad, y que todos tienen derechos, pero estos terminan cuando empiezan o se ven afectados los derechos de los demás.
“Con estos actos desmesurados, con estos actos sexuales en público, lo que estamos viendo es que como sociedad no nos hicimos cargo de nuestra salud mental. Ahora debemos hacernos cargo en un proceso individual, y después un proceso colectivo como país, como región”, opinó Tacuri. (I)
