Alicante (España).- Un proyecto en el que participan nueve países europeos analiza los recursos en la lucha contra la violencia de género y las mejoras necesarias, bajo un enfoque en el que se incluyen las valoraciones de las víctimas y de las fuerzas de seguridad, entre otros colectivos.
«Soluciones innovadoras para eliminar la violencia de género» (ISEDA) cuenta con la colaboración de una quincena de instituciones y centros académicos de España, Alemania, Reino Unido, Francia, Grecia, Italia, Chipre, Finlandia y Bulgaria.
Una de sus principales intervenciones es la formación a policías mediante un aprendizaje interactivo para que puedan adquirir algo más de conocimiento sobre la problemática y las necesidades de las mujeres que sufren maltrato, con la finalidad de ofrecerles una mejor asistencia.
De igual manera se desarrollará un chatbot -un programa de inteligencia artificial que simula respuestas que daría una persona- para informar a las víctimas sobre las formas de obtener asistencia, además de proporcionarles un número de atención telefónica, como Policía u otros primeros intervinientes, para reducir la violencia.
El proyecto cuenta con financiación del programa de investigación e innovación Horizonte Europa de la Unión Europea y por parte de España participan entidades como la Universidad de Alicante, en el este del país.
MAPEO DE RECURSOS
«En la parte de investigación, que es la que nos encontramos ahora, estamos haciendo un mapeo de recursos de atención a nivel policial y social, pero no solamente inventariar los que tiene cada uno de los países donde se va a trabajar, sino también analizarlos», explicó a EFE Carmen Vives, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública en esta universidad.
Entre otras cuestiones se analiza «hasta qué punto incluyen a las mujeres y a otros grupos de víctimas (los hijos) y atienden a las desigualdades sociales», señaló.
«Igualmente vamos a hacer un estudio cualitativo», en el que participarán «mujeres afectadas por la violencia de género, asociaciones e instituciones públicas, profesionales y la Policía», para que aporten «una valoración de los recursos disponibles y de las mejoras que serían necesarias», avanzó.
Toda esa información servirá «para poder definir intervenciones que ya tenemos planificadas en el proyecto, las cuales tienen que ver, por un lado, con mejorar la accesibilidad a la Policía para poner denuncias en los casos en los que las mujeres ya se encuentren en esa situación», detalló.
«Y, por otro, con mejorar la formación del personal de las fuerzas de seguridad en materia de violencia de género y en otros aspectos que surjan en esta parte del diagnóstico que sean relevantes», apuntó.
ACERCARSE A LAS NECESIDADES
«Porque no es solo saber sobre el problema, sino también acercarte más a las necesidades específicas de las mujeres», subrayó Vives, quien incidió en que «el proyecto tiene asimismo un interés por el tema de las desigualdades sociales», en el sentido de que «no impliquen también más dificultades de acceso a los recursos» de prevención contra el maltrato.
Una plataforma de datos integrada reunirá, con el consentimiento de las víctimas, pruebas judiciales que se emplearán para construir un caso legal y registrar tendencias sobre la naturaleza, frecuencia y circunstancias de los sucesos.
Además, unos equipos del proyecto trabajarán en una intervención con maltratadores para reconducir sus conductas.
En la fase final se promoverán campañas para romper con estereotipos de género y concienciar sobre la no tolerancia a la violencia, con las aportaciones de las víctimas, a través de guías informativas, carteles y vídeos dirigidos a centros educativos y a la sociedad en general.
«La situación de la violencia de género obviamente es muy diferente en los países y, sobre todo, el proyecto no se centra solo en esta problemática, en medir la magnitud y los factores de riesgo, sino en la disponibilidad de los recursos», señaló. EFE