Dentro del calendario cívico nacional, el 27 de febrero de cada año, nuestra Patria trae a su memoria el legado de la gran “Batalla de Tarqui”, significativa campaña bélica que habría de ser motivada por intereses regionales de carácter geo-político, económico y social fruto de dos cosmovisiones e intereses de carácter administrativo y territorial que se manejaron luego de la etapa independentista de los nuevos estados-naciones de Latinoamérica, conceptos en los que mucho tuvo que ver el liderazgo y los ideales de los grandes libertadores Bolívar y San Martin.
La épica batalla de 1829, enfrentó en las breñas de Tarqui dos conceptos diferentes sobre el manejo de la soberanía, independencia, libertad, justicia y de la democracia a la que se veían expuestos dos nacientes nuevos estados, los mismos que empezaban a consolidarse bajo el sueño y la inspiración de Bolívar por conformar una “PATRIA GRANDE”, denominada como la Gran Colombia penosamente esta nueva organización e identidad el año de 1830 se vio minada con su disolución debido especialmente a la ambición de poder y al enfrentamiento mezquino y patriotero de varios líderes que no compartían los grandes ideales de Bolívar, y hoy a los 194 años es más penoso aún observar que la desintegración y la crisis aún están vivos con la presencia de ciertos agoreros, corruptos y miserables líderes que continúan desestabilizando e irrumpiendo con sus falsas y demagógicas ideologías la reintegración y la reestructuración de una nueva patria grande, hoy sólo basta mirar que mencionada reintegración grancolombiana sólo muestra un escenario cargado más de debilidades que de fortalezas, debilidades que hoy lamentablemente desgarran por igual a los cinco países grancolombianos en una inmerecida batalla contra la injusticia, la pobreza, la corrupción, el narcotráfico, el crimen organizado y el subdesarrollo.
Para los ecuatorianos de bien, la gesta de Tarqui también simboliza el marco referencial o la partida de nacimiento de nuestra actual república del Ecuador y por supuesto el de nuestro glorioso “EJERCITO VENCEDOR”, fue en Tarqui donde nació el valor, la estirpe, el espíritu y la férrea voluntad del soldado ecuatoriano, fue Tarqui, el lugar donde un 27 de febrero de 1829 se encendió la antorcha de ese sentimiento y de esa auténtica identidad ecuatoriana a la que todos como un solo puño debemos juramentar defenderla de manera permanente ante la presencia de las diversas amenazas tanto internas como externas, amenazas que hoy por hoy lamentablemente intentan dividir la unidad e identidad nacional, pensemos que el legado y la sangre que derramaron nuestros héroes en los campos de Tarqui, más tarde en los conflictos bélicos del año 1941, de 1981 en la Cordillera del Cóndor y finalmente del año 1995 en el Alto Cenepa, hoy y siempre deben ser honrados, recordados y venerados por cuanto todos los ecuatorianos de hoy y mañana somos los herederos de esa unidad, identidad, valor y patriotismo. (O)