Creatividad
Reconozco que la política fue siempre mañosa y traicionera. Aquel aforismo “la política es un cuarto lleno de humo y el que entra en él, siempre sale llorando” se cumple regularmente y es más real y fatídico cuando los actores políticos dan que hablar con corrupciones y falta de elemental ética, siempre ausente en mediocres gobernantes del momento y su visión desesperada del atraco y riquezas en breve tiempo, logradas en insaciables gestiones de componendas y del toma y daca. No es persecución ni revanchismo cuando descubren pequeñas raterías y triquiñuelas como venta de supuestas obras de arte de la hija de Moreno o dadivas de mobiliario para su pequeño y modestito departamento en Ginebra. Claro que estas novedades de rapiñas de principiantes, no tienen la más mínima semejanza en valores con otras probadas por personajes encaramados en puestos de poder y con decisión sobre contratos millonarios, entonces sí, se habla de miles de millones de dolaritos que se hicieron humo desde las mismas arcas del ISPOl o IESS o del fondo de saco sin fin de mega obras petroleras, carreteras, escuelas del milenio, invisibles refinerías, salud, hospitales y medicamentos, represas que juraban evitarían inundaciones en regiones costaneras y cosas por el orden, que hoy, con el agua al cuello los pobres habitantes, solo confirman el pavoroso y millonario timo de ratas corruptas y ningunas como las correístas, que asombran por su habilidad y destreza en elaborar y cubrir ardides y conductas con elaborado plan de engaño, logrando coimas millonarias que aparecen como pequeñas dadivas de puerta de iglesia. Mientras no se implante la pena de muerte por corrupción y atracos al estado o amputación de manos por asaltos y actos delincuenciales, posponiendo derechos humanos de facinerosos y dando más bien estos derechos al pueblo honesto, no saldremos de esta comedia democrática, con un nivel tan deplorable de actores políticos, que a duras penas y muy a duras, saben cómo se llaman ellos, aunque casi no saben ni quién es su padre. Pena de muerte a narcotraficantes y eliminación de carteles y pandillas de la droga, pueden ser las únicas salvadoras y que, al menos parece, que acciones drásticas y valientes como las que viene tomando Bukele en el Salvador, tiene como niños de pecho a miles de tatuados forajidos, sin hacer caso a compradas voces de derecho humanos. Tenemos un aparente ejemplo exitoso aquí, pero necesitamos pantalones y nuestro presidente no los tiene, pues incluso sus piernas son débiles, lamentablemente. (O)