Hoy ha regresado a mi memoria una de las más antiguas y bellas metáforas de la filosofía: la del Grano de Trigo, el porqué de la vida y la eterna regeneración en una sencilla metáfora de la labranza y la siembra. Diminuto elemento depositado en el seno de la Pachamama, donde desaparecerá para abrir camino a la espiga, que luchará por abrirse paso hacia la superficie y brotar como una nueva vida. Pequeña semilla que contiene en sí toda la potencia de la vida para cambiar, crecer… evolucionar. Metáfora, finalmente, de la lucha del hombre por despojarse de aquello que le daña y buscar el potencial latente de progreso, pues la vida se sostiene de la evolución.
Sin embargo, esta evolución traerá consigo sacrificio para vencer la apatía, la ignorancia, la vanidad y la ambición que nos mantienen atados a los viejos esquemas del pasado y los prejuicios del presente, dos pesados grilletes que llevan siglos ensombreciendo el camino de los pueblos. Cadenas por las que repetimos, incansables, aquella vieja rutina que llamamos política. Función teatral donde los actores varían de tanto en tanto, sin cambiar en nada el argumento. Libreto donde se exhibe, impúdica y grotesca, la ambición desatada de los que luchan, insultan y traicionan por un segundo de poder o un instante de gloria.
¿Por qué repetimos esta triste función sin cesar? Sencillo. Por la ceguera política que nos oculta una sencilla y contundente verdad: el Gobierno se sostiene por el pueblo y su bienestar es la única fuente posible de legitimidad. Más allá de eso solo queda la vanidad.
Sin embargo, hay una restauración posible. El camino de la Ilustración humana, hoy como nunca se abre ante nosotros. La sociedad moderna es más democrática y el ciudadano más reflexivo. Las herramientas para construir un edificio social más acorde a la dignidad de la consciencia humana están dispuestas. Solo queda esperar la madurez necesaria para aceptar el reto reconstruir la dignidad, la solidaridad y la democracia. Tal como el grano de trigo, extinto para dar paso a otro semejante.
Semejante pero no igual.
Semejante pero mejor… (O)