La profesora Isabel Guamán tuvo esperanza cuando supo que el Ministerio de Educación estaba por iniciar el concurso de méritos y oposición para obtener el nombramiento definitivo en el magisterio nacional.
En sus ocho años como docente del sistema fiscal, ella ya había intentado dos veces ganar el nombramiento que le dé la estabilidad que todo trabajador busca, y, sin embargo, los resultados no habían sido positivos.
La tercera es la vencida, pensó. Pero, al inscribirse en el concurso se encontró con una sorpresa amarga: en Cuenca solo están disponibles dos partidas para nombramientos, mientras que en la zona 6 (Azuay, Cañar y Morona Santiago) hay vacantes para 32 personas.
En la última convocatoria realizada por el Ministerio de Educación, solo hay dos plazas en Cuenca para 1389 docentes que se inscribieron en el proceso para ingresar al Magisterio Nacional.
En el resto de provincias la realidad no varía. Con el concurso, en todo el Ecuador, según el Ministerio de Educación, se entregarán 400 nombramientos definitivos.
El número es ínfimo frente a los 17.500 maestros y maestras que se inscribieron con la esperanza de obtener un nombramiento. 17.500 personas del país forman parte de un concurso que no cambiará significativamente la realidad que viven los profesores.
“Ganarse el nombramiento es ganarse la estabilidad que buscamos los docentes, porque, sin eso, uno tiene miedo de perder el trabajo. No hay seguridad. Esperábamos algo mejor, y solo tenemos dos vacantes en Cuenca”, dijo Jackeline Noel.
Jackeline, que se desempeña como docente en la ciudad, también se encontró con otro problema en el concurso: no todos los inscritos podrán dar la clase demostrativa, que es la parte final del proceso para entregar los nombramientos.
De acuerdo al artículo 101 de la Ley Orgánica de Educación Intercultural, solo podrán cumplir con la clase demostrativa aquellos que obtengan 52.5 puntos de los 75 que se alcanzan de la suma de las pruebas de conocimientos generales y específicos, y de los méritos alcanzados.
Es decir: los profesores que tienen más años de servicio cuentan con cierta ventaja, sobre todo en los méritos. Pero qué pasa con los miles de jóvenes que llevan unos cuantos meses con su título de educadores.
“No vamos a alcanzar los puntos necesarios porque no tenemos experiencia. Yo recién acabo mi maestría en dos meses, así que eso tampoco va a contar. Realmente nos estancamos porque no vemos la esperanza de entrar al magisterio”, opinó Daniela Orellana, una profesora de 26 años que se inscribió en el concurso.
Lo mismo les pasa a sus amigas, según Daniela. No tienen experiencia porque no han tenido la oportunidad de desempeñarse como educadoras en el sistema fiscal ni en el privado. Esto les ha llevado a buscar otras alternativas.
“Es una frustración grande. Te das cuenta de que no tienes futuro en el magisterio. Lo que nos toca hacer ahora es emprender, buscar otro trabajo y ver qué pasa”, agregó Daniela.
Sin dinero para contratar a todos
Ayer, la ministra de Educación, María Brown, estuvo en Cuenca. Y en su paso por la ciudad se refirió a las pocas partidas a y las pocas oportunidades que principalmente tienen los jóvenes docentes en el concurso de nombramientos definitivos.
Según Brown, este año habrá más concursos especializados. Sin embargo, en su mayoría, estarán más relacionados con nombramientos provisionales y contratos ocasionales.
“Estamos a horas de terminar con el Ministerio de Finanzas los procesos para iniciar con la postulación de las partidas que nos permiten cerrar la brecha”, explicó la ministra a diario El Mercurio.
En Ecuador hacen falta 5.000 docentes para cumplir con los requerimientos de las instituciones educativas fiscales, según un análisis hecho por el Ministerio de Educación.
Pero, a pesar de que hay esas vacantes y hay profesores que no tienen trabajo, el problema radica en el dinero para cumplir con los salarios.
Esa misma razón ve Rubén Lema, presidente de la UNE en Azuay, detrás de los pocos nombramientos que entregará el ministerio.
Lema explicó que los docentes que tienen un nombramiento provisional o un contrato ocasional ganan 817 dólares. Mientras que, los que obtienen un nombramiento definitivo ganan 986 dólares.
“En ambos casos se hace el mismo trabajo. Y el Gobierno no quiere dar los nombramientos porque no le conviene. Mientras tanto estos concursos no resuelve las necesidades que tiene la educación. El profesor se desmotiva al saber que no tiene asegurado su trabajo”, dijo Lema.
Con toda esta situación, el futuro de los docentes, sobre todo de los jóvenes, es incierto. Profesores hay, plazas libres existen, pero no se ve que el estado actual de la educación se revierta con los procesos que se están llevando a cabo. (I)