Después de 5 décadas, la Organización de las Naciones Unidas, ONU, celebrará la “Conferencia sobre el Agua”, la cual tiene por propósito tomar decisiones para acelerar el proceso para que las personas de todo el mundo tengan un acceso universal a agua y saneamiento.
Si bien es cierto, desde 2015, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, a través de su objetivo No. 6, buscan agua de calidad para todas y todos, sin embargo, se presentan un sinnúmero de impedimentos que bloquean este loable propósito, entre ellos la mala gestión del recurso, el estrés hídrico, la corrupción en la construcción de las infraestructuras, entre otros.
Existen algunos asuntos en agenda, los cuales incidirán en los compromisos que deberán tener en cuenta los líderes mundiales, durante el 22 al 24 de marzo (inicia precisamente el día mundial del agua), entre ellos la cooperación a nivel transfronterizo respecto a las cuencas, el trionimio agua, energía (limpia) y alimentos (soberanía y seguridad alimentaria), acceso para los más vulnerables, seguridad hídrica (por medio de sus variables), entre otros.
Si la Conferencia cumple sus fines, esta deberá durante esta semana: “…aumentar la conciencia sobre la crisis mundial del agua y decidir sobre acciones concertadas que movilicen a todos los sectores … en resolver esta problemática global”.
Es necesario recordar algunas cifras que deberían estremecernos respecto al acceso y gestión del agua, por ejemplo: cada año mueren alrededor de 800.000 personas con enfermedades relacionadas con la mala calidad del agua que consumen, o por las deficientes condiciones en materia de higiene y saneamiento. Además, el estrés hídrico ha llevado a que más de 4.000 millones de personas tengan problemas relacionados con escasez del líquido vital.
Si bien es cierto, la Conferencia no generará un documento vinculante para los Estados (un acuerdo o tratado con carácter de “hard law”), se prevé que se elaboren “compromisos voluntarios”, en los cuales los diferentes gobiernos de los países, puedan trabajar respecto a 5 áreas prioritarias: 1. Agua y salud; 2. Agua y desarrollo sostenible; 3. Agua y clima; 4. Agua para la cooperación; y, 5. Década de la acción del agua (implementar la agenda a través del Plan generado por la ONU).
A nivel nacional, es pertinente que se debata acerca de estas 5 prioridades, a través de los distintos actores relacionados con la gestión del recuro hídrico, en el cual importante más las agendas comúnes en pro de los ciudadanos, que intereses particulares o coyunturales. (O)
