El agua es uno de los pilares de la vida y su uso responsable abre debate hacia la búsqueda de soluciones sostenibles. Según cifras de la FAO, el 10% de agua se destina a consumo humano, el 70% se usa para la agricultura y ganadería, y para las actividades industriales la demanda representa una media del 20% a nivel global.
La UNESCO pronostica que, para 2050 la industria manufacturera incremente el consumo de agua en un 400%. Sin embargo, desde las empresas se avanza en un uso más eficiente del recurso hídrico.
Pasamanería Tosi es una de las compañías cuencanas que aplica procesos de extracción, purificación, uso industrial y limpieza del agua para luego devolverla a las plantas de tratamiento.
Augusto Tosi, vicepresidente de operaciones de la firma, explica que, la primera acción es extraer al agua a diferentes niveles, desde un pozo que tiene 106 metros de profundidad y que se pudo implementar desde 1994, tras el hallazgo de un ojo de agua. La compañía consume alrededor de 250 metros cúbicos diarios.
El líquido es almacenado en enormes cisternas y tratado mediante el método de ósmosis inversa, que logra la purificación eliminando las partículas en suspensión. El agua extraída de la tierra tiene entre 600 y 700 partes por millón de sólidos, al ser tratada se reduce a 23 partes por millón.
Como resultado se obtiene un 70% de agua pura, la cual es destinada para la producción. El 30% restante de líquido carga con las impurezas, por lo que se utiliza para los inodoros y el enfriamiento de máquinas.
Posteriormente, el agua residual pasa por procesos de homogenización y entra al sistema de electrocoagulación para el filtrado, antes de ser desechada.
“Antes comprábamos agua a la ciudad para uso industrial, pero es irresponsable emplear el agua potable que tiene un costo y conlleva un proceso (…) Así que la extraemos, la usamos en la cadena de producción y la devolvemos a la ciudad en un estado como se lo haría desde cualquier hogar”, indicó Tosi.
Desafíos
Uno de los mayores desafíos para las empresas es la inversión. Para preservar el agua, la compañía ha invertido alrededor de 1,5 millones de dólares en equipos, lo que incluye la máquina de ósmosis inversa, la cual está en uso desde 1997 y el sistema de electrocoagulación para la depuración del agua residual, el cual fue implementado en 2011.
Para regularizar el uso del líquido vital, la Ley Orgánica de Recursos Hídricos, Usos y Aprovechamiento del Agua, establece acciones en cuanto a las actividades productivas. En el artículo 107 determina que, las aguas destinadas para el aprovechamiento industrial, una vez utilizadas, serán descargadas por el usuario, previo su tratamiento, cumpliendo con parámetros técnicos.
Otra compañía que desarrolla procesos de cuidado es Continental Tire Andina, que trabaja en la implementación de proyectos para la reducción de consumo de agua mediante un plan 2023-2030, con el objetivo de hacerlos más eficientes, eficaces y amigables con el medio ambiente.
“Queremos cumplir con los objetivos ambientales que van en relación a eliminar el combustible (2025) y reducir en un 20% el consumo de agua, energía y residuos hasta el año 2030”, indica María Mercedes Riveros, Gerente de Relaciones Humanas en Manufactura & Seguridad, Salud y Medio Ambiente de Continental Tire Andina.
Reto colectivo
Johana Ochoa Ruilova, directora de la Carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad del Azuay (UDA), resalta que es importante reflexionar sobre una gestión y uso sostenible del recurso natural, como un reto colectivo.
“Cuenca ahora posee una dotación permanente de líquido vital. Con el cambio climático, probablemente será más restringida la disponibilidad de agua, así que, qué tan preparados estamos para enfrentar aquello y al ritmo de cómo está sucediendo”, cuestionó.
Agregó que, otro de los desafíos es tener un control sobre los denominados contaminantes emergentes, es decir, aquellos que no están debidamente catalogados o aún resulta complejo identificar sus consecuencias, pero ya están presentes no solo en aguas residuales industriales, sino de tipo doméstico. Entre ellos citó, productos de uso personal o fármacos.
La experta hizo un llamado a promover incentivos y consensos entre academia, autoridades ambientales y empresas, con el objetivo de implementar estrategias que sean vistas como ahorro o beneficio económico y ambiental. (PNH)-(I)
97%
del agua del planeta corresponde a agua salada. El resto es agua dulce y no toda es potable. Una gestión optimizada es fundamental para evitar su escasez.
“En Cuenca el agua no falta y mientras más flujo hay es más complicado darnos cuenta de la contaminación que estamos generando y del uso que le damos al recurso vital”.
Johana Ochoa Ruilova. Directora de la Carrera de Ingeniería Ambiental UDA.