Los cuentos de JT: Álbum (de rayos) Rayado: 1

Más que un cuento, esto es un instante. Como un álbum de canciones «mudas», cada una será diferente; todas se complementarán. No narrarán historias, narrarán lo que esconden las historias. ¿A quién le pertenece el lenguaje? El lenguaje es tan amplio como las estrellas; cada persona gobierna «o es gobernada» por una estrella diferente.

Y entre tantos ángulos y perspectivas del universo la percepción se ilumina incomprensible y en ese instante muestra su belleza. Porque lo incomprensible es el mundo que ha roto las puertas de la realidad. Estos instantes son mucho más que reales, pues perciben al mundo sin pasar por el filtro que dice ser “la realidad”.

1

Me senté al borde de la nada, en una de esas noches en las que todo es nada, rodeado de hadas borrachas y ninfas pérdidas, que flotaban entre labios y labios y otras manos, tocando guitarras con cuerdas flojas y una boca rota.»

»Una que otra voz, como siempre enmudecidas por las tormenta de colores, se estrellaban en mi, paraguas y decían: Toma una copita hermano, deja de ser un rayo ¿El punto de una hoja en blanco? Que asco, ¿no quieres dar unos pasos? Empecé a caminar Quieto, sin poder escapar del horizonte que bajo mis pies preguntaba: ¿Cómo será mi final? Yo lo sabía y solo caía y caía y caminaba, como una oveja negra con la argolla de un viejo matadero en la cabeza y decorado por una máscara de cera: la medida paliativa de pobres que deja atrás la carne flaca y fea y que, cuando todo se calienta, te derrite el rostro «¿Cuál?»  y cubre tu cuerpo con una fina capa de plástico Terso.»

»Muñecos de plástico —deseando ser juguetes—  retorcidos, unos con otros, con hadas y todo el bestiario plástico nadando en un gigantesco barril de cerveza que siempre he imaginado ver y que siempre ha roto mi imaginación con pequeñas botellas de zhumir sabor colorante “idéntico al natural” y alcohol para ciegos de polietileno.

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