Datos oficiales de la Policía Nacional muestran que serían más de ocho mil personas los miembros de una de las varias agrupaciones narcodelictivas que actúan en el país; ¡ocho mil personas son todo un ejército!, con armamento y sistemas de comunicación de alta tecnología y, sobre todo, con una estructura organizativa que despertaría le envidia del mismísimo “equipo de Gobierno” que anda preocupadísimo en demostrar en qué consiste el “intento de asesinato a la reputación” del señor Presidente, mientras en el país funciona una “escuela de sicarios” y cadáveres colgados en puentes, cuerpos desmembrados, cuerpos torturados de amigos cercanos al círculo del mandatario le envuelven, asedian, cuestionan y señalan. Sin embargo, la reflexión que requiere un tema de esta naturaleza va más allá de las polémicas decisiones de un Gobierno que ha sido derrotado, pues se vuelve vital y urgente abrir espacios de diálogo y debate que, además, pongan en el centro de la discusión la salud mental del pueblo ecuatoriano porque las expresiones de violencia –con armas o sin armas– permean todos los espacios sociales pese a que nos consideramos una sociedad que cultiva la convivencia armónica y la paz. (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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